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Los expertos coinciden en que según el rango de edad los requerimientos nutricionales varían. Saber qué alimentos o vitaminas necesitas en los diferentes ciclos te ayudará a prevenir enfermedades.

A los 30

En esta época el metabolismo se vuelve más lento y empiezan a aparecer problemas de retención de líquidos. Por ello, es preferible que adereces tus comidas con condimentos naturales como cebolla, ajo, albahaca, cilantro, etc. También, incluye alimentos ricos en fibra como frijoles o lentejas y más grasas buenas, como el salmón, el aguacate o las almendras. Nunca olvides el desayuno y toma té verde, que contribuye a regular el funcionamiento de la digestión, eliminando rápidamente los desechos del cuerpo. Si no lo habías hecho antes como un hábito, comienza a consumir frutas, por su gran capacidad para limpiar el organismo; solas o en ayunas, media hora antes del desayuno, son excelentes.

A los 40

Los alimentos ricos en líquido y fibra, como la lechuga, los espárragos y el apio deben ser tus aliados a partir de ahora, pues esta es la década de la premenopausia o menopausia y tus niveles de estrógeno pueden empezar a disminuir, volviéndote más propensa a retener líquidos. También son muy buenos contra el estreñimiento. Controla tu peso. No es bueno que subas o bajes, pues tu cuerpo está en una etapa de pérdida de elasticidad.

A los 50

Este es un periodo en el que podrían surgir riesgos de una enfermedad cardiovascular. Si estás atravesando la menopausia, existirá la tendencia a que tu abdomen se inflame constantemente, lo que talvez afecte tu corazón. Es preferible que estés atenta y aminores esos padecimientos tomando Omega 3 y vitamina B, además de consumir pescado y soya.

Importante

No olvides que de los 40 a los 80 años los adultos pierden un promedio de un cuarenta por ciento de masa muscular, por lo que te recomendamos consumir soluciones extra que le den fuerza y vitalidad a tus músculos. ¡Dile no al sedentarismo! Inscríbete en un gimnasio, clases de baile o cualquier otra actividad que disfrutes. Y llena tu refrigeradora de color verde.

FUENTE: Revista Mariela. Edición 103.