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Si siempre has creído que el chocolate y los alimentos grasos causan el acné, no estabas equivocado. Es uno de los mayores malentendidos sobre el acné, según Rachelle Wood, nutricionista en Charlottetown PEI. Pero lo cierto es que los hábitos alimenticios influyen el en acné. Descubre la dieta para prevenir y evitar el acné.

Los cambios hormonales en el cuerpo tienen mayor impacto en la formación de acné. Los estilos de vida de estrés alto pueden promover la producción del acné, por lo que se debe mantener la calma y estar relajado para evitar los brotes. Así que no es una coincidencia que el acné aparezca cuando nos sentimos abrumados.

Los 10 mejores alimentos para prevenir y evitar el acné

1. Pescados grasos

El pescado es una excelente fuente de ácidos grasos esenciales como el omega-3 y omega-6. Estos ácidos ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo que pueden desencadenar que las células obstruyan los poros y causar el acné. En este sentido, se recomienda comer pescados como salmón, caballa y sardinas.

 

2. Nueces

Las deficiencias en minerales como el zinc y el selenio se han relacionado con el acné en algunas personas que lo sufren. La mayoría de los frutos secos contienen selenio, vitamina E, cobre, magnesio, manganeso, potasio, calcio y hierro, que son esenciales para una piel sana.

3. Aguacate

Esta sabrosa fruta verde, rica en vitamina E, también puede aumentar la vitalidad de tu piel. El aguacate es también una buena fuente de vitamina C, que puede reducir la inflamación de la piel e hidratar la piel naturalmente.

4. Uvas rojas

El fruto y la semilla contienen poderosas sustancias químicas naturales y antioxidantes que han demostrado ser eficaces para tratar afecciones inflamatorias de la piel como la psoriasis y el eczema. Las uvas también pueden ayudar a controlar los efectos secundarios de las reacciones alérgicas en la piel.

5. Hinojo

Si estás buscando la perfecta limpieza natural de la piel, come hinojo. Esta verdura puede mejorar la digestión, reducir la inflamación y ayudar a eliminar el exceso de líquidos y toxinas de tu piel.

6. Alcachofa

La alcachofa es una buena fuente de antioxidantes y está llena de vitamina C. Ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo, por lo que es ideal para una dieta saludable para la piel.

7. Arroz integral

El arroz integral es una rica fuente de vitamina B, proteínas, magnesio y varios antioxidantes. Para el acné, la vitamina B actúa como luchador del estrés de nuestra piel, lo que ayuda a regular los niveles de hormonas y evitar la probabilidad de brotes de acné.

8. Ajo

El ajo es otro súper alimento que ayuda a combatir la inflamación. El ajo está lleno de una sustancia química natural llamada alicina, que mata a muchas bacterias y virus dañinos que nuestro cuerpo podría estar luchando.

9. Brócoli

El brócoli es el alimento para una piel perfecta. Contiene propiedades como las vitaminas A, complejo B, C, E, y K, antioxidantes que combaten los radicales que ayudan con la luminosidad de la piel.

10. Germen de alfalfa

Este germen o brote está lleno de valiosos nutrientes para la limpieza de la piel. Los brotes de alfalfa contienen enzimas vivas que ayudan a combatir la inflamación.

El acné es una enfermedad de la piel habitual en adolescentes debido a los grandes cambios hormonales que se producen en el organismo durante ese período de la vida. Sin embargo, cada vez es más común su reaparición en adultos. Conocido como acné tardío, adulto o clínico, se manifiesta a partir de los 25 años, suele disminuir alrededor de los 45, y afecta más a mujeres que a hombres, y en mayor medida a afroamericanas e hispanas que a las de origen asiático o caucásico.

Como se asocia a una etapa de la vida muchos no le dan importancia a este trastorno, pero los especialistas lo consideran un problema crónico.

El acné tardío tiene algunas diferencias con el que se da en la adolescencia. Por un lado aparece en la zona U, conformada por los ángulos mandibulares, la zona peribucal y el cuello. En cambio, en el adolescente se da habitualmente en forma de T, frente y nariz. Además, a partir de los 25 años las lesiones suelen ser de tipo inflamatorias.

El doctor Francisco Peñaloza, dermatólogo de Clínica Bicentenario, explica que «no se conocen en su totalidad las razones del acné en pacientes adultos, pero la principal causa es que existiría más secreción de sebo que en aquellos sin acné. El uso de algunos medicamentos, como corticosteroides, vitaminas del grupo B o el litio, entre otros, podrían tener un rol desencadenante».

En general los expertos coinciden en que su aparición se debe a las alteraciones hormonales, ciertos fármacos –corticoides, anabolizantes, terapias hormonales– y cosméticos, el tabaco, el estrés y la exposición a la radiación ultravioleta (UV).

Según Loretto Parra, directora médica de Clínica Visualface, cuando la mujer tiene una alteración hormonal y presenta acné es un síntoma que suele ser un llamado de atención, «porque puede tener quistes o miomas en los ovarios o alguna lesión en el útero. Es importante que las mujeres estemos atentas a los cambios hormonales», enfatiza.

Cuando las hormonas tienen un papel determinante, el tratamiento de elección son los fármacos antiandrogénicos, es decir, aquellos que bloquean el efecto de las hormonas masculinas en la piel y cuero cabelludo. Ello porque suelen presentarse otros síntomas, como ciclos menstruales irregulares, aumento de vello (hirsutismo) o, lo contrario, pérdida de pelo (alopecia). Hay que tener en cuenta que muchos anticonceptivos tienen esta propiedad antiandrogénica, pero en la actualidad hay otros medicamentos que se pueden usar sin necesidad de tomar anticonceptivos.

Para ambos especialistas, el tabaco también es un elemento a considerar. «Fumar sería un factor que perpetúa la enfermedad, ya que tanto en mujeres como en hombres fumadores es más frecuente la aparición de acné», explica el doctor Peñaloza.

Sin embargo, un componente clave que parece estar detrás de muchos de los casos de acné tardío es el estrés. La ansiedad o el estrés actúan sobre las hormonas androgénicas, haciendo que produzcan más grasa. También se ha demostrado que determinan una inflamación en las glándulas sebáceas a través de un mecanismo neuroendocrino, por lo que empeora el acné. Parra afirma que evitar en lo posible las situaciones de estrés –e intentar descansar y dormir no menos de ocho horas diarias– nos ayudará a prevenir esta afección.

Qué hacer y qué NO hacer:
* «Lo primero es acudir a control con un dermatólogo, pues mientras antes se haga un buen diagnóstico y tratamiento, menos consecuencias tendrá sobre la piel. Los principales cuidados son no traumatizar (apretar) las lesiones de acné, evitar la exposición al sol y usar diariamente fotoprotector no graso». Se insiste en un control profesional debido a que «existen problemas que pueden simular una acné sin serlo, por lo que el diagnóstico efectuado por un especialista es clave para definir el tratamiento», sostiene el doctor Peñaloza.

* Loretto Parra recomienda utilizar los productos adecuados: «Si te maquillas hay barras de maquillaje que lo cubren y son específicas para una piel con acné. También existen jabones y limpiadores que ayudan a prevenir y evitar más lesiones. Es importante que las personas que usan maquillaje se lo retiren todas las noches con un producto astringente que no contenga grasa, ya que el sebo es un factor del acné».

* Entre los principales consejos, Parra recomienda «beber abundante agua diariamente, porque ayuda a prevenir la formación de más granos y espinillas y permite tener una piel saludable y más hidratada. Lavar el rostro con agua tibia y un jabón suave, ojalá neutro, 2 veces al día (mañana y noche). Usar maquillajes sin aceites, que permiten que la piel respire mejor. Y en las comidas evitar todo lo que tenga mucha grasa y los alimentos muy condimentados».

* Finalmente no se aconseja exfoliar la cara ni realizar tratamientos abrasivos; suele creerse que «destapan los poros» y con ello mejoraría el acné, pero en realidad aumentan la inflamación y lo empeoran. No traumatizar o reventarse las espinillas, ni intentar extraer manualmente los comedones o puntos negros, ya que con esto podemos producir cicatrices y tendremos mayores probabilidades de manchar la piel.

 

Fuente: Nueva Mujer

Nadie se muere por un problema así, pero la enfermedad más frecuente entre los jóvenes provoca un sufrimiento enorme. Los tratamientos personalizados destierran los granos de la cara y la obsesión que estos desencadenan.

 

1- Los maduros también lo sufren

Adolescencia y acné van de la mano. Suele desarrollarse entre los trece y los quince años, y los expertos destacan que en la mayoría de los casos se curaría sin tratamiento alrededor de los veinte. Sin embargo, por el choque psicológico que produce, requiere una atención urgente. Los médicos tienen respuestas para anticipar el fin de un mal que puede llegar a ser un calvario. También disponen de ellas para los adultos, porque el 3 % de los hombres y el 12 % de las mujeres de más de 45 años sufren acné.

 

2- Genético, aunque no solo hereditario

La predisposición a padecer acné la traemos en nuestros genes, pero no siempre tiene por qué dar la cara. Lo más común es que un episodio determinado provoque su aparición. Muchas veces los propios cambios que se originan en el cuerpo durante la pubertad ya justifican su debut. ¿Se puede prevenir? Resulta difícil, porque el acné nace en la dermis media y no tiene reflejo externo hasta que surgen los granos. Lo que sí se puede es controlarlo en cuanto se manifiestan los primeros puntitos.

 

3- La paciencia es ta útil como la terapia

Los especialistas abordan este problema por tres fl ancos, que tienen que ver con los factores que facilitan el desarrollo del acné. Las terapias regulan la secreción sebácea, evitan la obstrucción del folículo y disminuyen el número de bacterias. Para los casos leves y moderados se usan, sobre todo, cremas o geles con ácido azeláico. En los episodios graves se recurre a antibióticos. Es fundamental empezar el tratamiento con los primeros signos, porque las lesiones pueden dar lugar a cicatrices que, si no se tratan, dejan marca para siempre. Y el elemento clave: perseverar en la terapia, ya que el acné tarda al menos tres meses en curarse.

 

4- Di NO a las cremas

El acné necesita aire libre. Por eso conviene aparcar los cosméticos, incluso los que se anuncian como libres de aceite, los fotoprotectores y el maquillaje. Afrontar la enfermedad con éxito exige no tocarse los granos y dejar respirar a la piel. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recomienda limpiar la cara dos veces al día para barrer las células muertas que pueden bloquear los poros, y secarse sin frotar. Y si resulta conveniente o no tomar el sol es una cuestión controvertida entre los dermató- logos. Coinciden en que, fuera de las horas de mayor radiación, seca la grasa de la piel, pero si aquella es intensa produce el efecto contrario.

 

5- Fumar empeora su evolución

El tabaco no tiene ningún beneficio para la salud, y el acné no es una excepción. Se ha comprobado que la adicción a la nicotina hace que persista en las personas que lo sufren, entre otras cosas, porque produce inflamación en los tejidos, uno de los síntomas característicos de esta enfermedad. Además, puede actuar como desencadenante entre quienes tienen predisposición a padecerla. Las consecuencias también alcanzan a los fumadores pasivos, ya que el humo bloquea los poros de la piel e impide que transpire.

 

Fuente: Muy interesante

 

 

 

 

https://youtu.be/EepH_OIu8ug

 

 

Fuente:RefugioMental