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Delta Airlines expulsó de un avión a una pareja y su hijo de dos años por ocupar éste un asiento que habían pagado. La tripulación le indicó al padre, Brian Schear, que debían ceder la butaca, comprada inicialmente para otro de sus hijos, a otro pasajero. Ante la insistencia del pasajero, una agente aeroportuaria llegó a amenazarle con ir a la cárcel si no cumplía las órdenes.

“Compré el asiento”, defendió repetidas veces Schear minutos después de embarcar en Maui (Hawái) un avión con destino a Los Ángeles. Él y su mujer, Brittany, habían preferido mandar a su hijo mayor en un vuelo anterior y utilizar su asiento para el hijo pequeño para evitar la incomodidad de cargar con el pequeño en brazos durante las más de seis horas de vuelo. “No dormirá si no está en su sillita”, dijo Schear sobre su hijo. “Si no, estaría sentado sobre las piernas de mi mujer y moviéndose por todas partes, y no es seguro”, añadió con frustración el padre.

La pareja, que también viajaba con un tercer hijo de un año de edad, insistió en que no se movería. Los agentes aeroportuarios les presionaban con bajarles a todos del avión si no cumplían con su petición. “Será una ofensa federal. Tú y tu mujer iréis a la cárcel”, amenazó uno. “Yo compré ese asiento y me decís que se lo vais a dar a otra persona cuando yo pagué por él. No es correcto”, sentenció, frustrado, Schear.

Más tarde, las autoridades recurrieron a la mentira al sostener que los niños de dos años o menores deben, por ley, ir en el asiento con sus padres. La Administración de Aviación Federal (FAA por sus siglas en inglés), sin embargo, indica que “los niños deben ir en una sillita o butaca durante todo el vuelo por razones de seguridad”. Las reglas también señalan que “los brazos (de un adulto) no son capaces de sostener a un niño con seguridad, especialmente durante las turbulencias”. Incluso Delta, en sus normativas, recomienda a familias que compren asientos para niños de dos o más años de edad.

El argumento, burocrático, por el cual la aerolínea forzó a la familia a bajarse del avión fue su política, en este caso llevada al extremo, que estipula que “todos los billetes son designados nominalmente y no pueden ser transferidos a otra persona”. Ante la abundancia de pasajeros en lista de espera, Delta utilizó la letra pequeña para evacuar a Schear y sus familiares pese a haber comprado el asiento.

Tras el incidente, Delta, tratando de salvarse de los escándalos que en las últimas semanas acechan a las aerolíneas por comportamientos agresivos en sus aeronaves, emitió un comunicado afirmando que habían recompensado económicamente a la familia Schear.

Fuente: El Pais

La amenazada United Airlines enfrenta una nueva polémica luego que un conejo gigante «sano y en forma» muriera en la bodega de carga de uno de sus vuelos. Simon, de 10 meses de edad, estaba camino a superar al conejo más grande del mundo: su padre, Darius, de 132 centímetros de largo.

La devastada dueña de Simon, la británica Annette Edwards, contó que murió en la bodega de carga de un vuelo desde Londres hacia el aeropuerto internacional O’Hare de Chicago. Esto sucede pocas semanas después de que la asediada aerolínea golpeara los titulares del mundo por un médico que fue desalojado a la fuerza de un avión en la terminal de O’Hare.

Edwards contó a The Sun que Simon estaba «muy en forma» y en perfecto estado de salud cuando fue revisado por un veterinario tres horas antes de su vuelo. «Ha ocurrido algo muy extraño y quiero saber qué. He enviado conejos por todo el mundo y nada como esto ha sucedido antes. El cliente que compró a Simon es muy famoso y está molesto», afirmó la criadora de conejos.

La mujer, que reside en la ciudad de Stoulton, también había llegado a la portada de varios medios previamente por haberse gastado unos USD 13.000 en cirugía plástica para transformarse en una Jessica Rabbit de carne y hueso. Tras dedicar su vida a los conejos, quería mostrarse como el famoso personaje de la película ¿Quién mató a Roger Rabbit?

Además, Edwards se hizo famosa en 2004 cuando su mascota Robert fue coronado como el conejo más grande del planeta por el libro Guinness World Records. Luego vino Amy a tomar el título y Alice, la hija de ese conejito, tomó el honor en septiembre de 2009. Ahora, Darius, que pesa 23 kilos, es oficialmente el más gigante del mundo.

El incidente con United Airlines podría causar otra tormenta potencial de relaciones públicas para la aerolínea estadounidense después de que el doctor David Dao, de 69 años, fuera arrastrado de un vuelo de Chicago a Louisville el 9 de abril, lo que lo dejó con la nariz rota y una conmoción cerebral.

Fuente: Infobae