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Los helados comerciales poseen gran cantidad de azúcar en su composición que deriva del procesamiento industrial que reciben, durante el cual se añaden los mismos. Estos azúcares son muy diferentes de los que encontramos naturalmente en los alimentos y se denominan azúcares añadidos o azúcar libre que es precisamente el que la OMS recomienda limitar en la dieta diaria. Por eso, hoy traemos nuestra selección de los mejores helados sin azúcar para despedir el verano sin descuidar la línea en este nuevo curso.

Helados sanos y hechos en casa

Los azúcares añadidos son precisamente los que se encuentran en productos, es decir, en alimentos de origen industrial procesados o ultraprocesados. Por ello, el primer paso para reducir el consumo de azúcar es cocinar más en casa.

Los helados caseros no tienen por qué ser complejos de realizar y pueden ofrecer muy buenos nutrientes sin tener nada que envidiarle a las opciones comerciales. Para que puedan probar lo antes dicho, aquí nuestra selección de helados sin azúcar:

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Estas y otras opciones más elaboradas en casa siempre resultan mejor alternativa que los helados comerciales, colmados de aditivos, grasas de mala calidad y azúcar añadido.

Usando ingredientes frescos, naturalmente dulces podemos lograr estos helados sin azúcar y muchos más si dejamos que nuestra imaginación haga lo suyo.

 

Fuente: Trendencias

Soportar altas temperaturas y no resistirse a tomarse un rico heladito puede convertirse en una misión casi imposible, la tentación llama a nuestra puerta y, con ella, los kilos que anuncian que están listos para acoplarse todo el verano en muslos, abdomen, cintura… Sí, ya podemos despedirnos de los cucuruchos de tres bolas, los helados hay que tomarlos en pequeñas dosis.

«Los helados pueden ser muy variados y tener un montón de opciones añadidas al helado base. Al helado de base se le suele añadir frutos secos, galletas, fruta en almíbar, siropes, chocolate, muchas veces en trocitos mezclados con emulgentes y grasas para que encontremos pequeños trocitos al consumirlos, con lo que el valor calórico puede aumentar y mucho. Eso añadido a que una tarrina de helado que nos puede parecer pequeña, muchas veces tiene más peso que un envase de yogurt y cada vez hay en el mercado envases más grandes que nos hacen no ser conscientes de la cantidad», advierte la Dra. Elena Pérez Montero, nutricionista del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo y de Hospital Quirónsalud Madrid.

Aunque no forma parte de una alimentación básica, sí pueden ser consumidos de forma esporádica sin que por ello dejemos de hacer un consumo equilibrado. Otra cosa son las calorías que podamos sumar a nuestro peso. Por eso las cantidades son esenciales, así como los complementos e ingredientes, las virutas de chocolate quizá nos las debamos ahorrar.

En todo caso, es cuestión de entender nuestras características particulares y cuánto nos está permitido ingerir. Podemos partir de unos datos comunes, así “lo que se denomina un helado cremoso, que estaría englobado en helados lácteos, aporta alrededor de 199 kcal/100 grs, de las cuales, a pesar que el agua lo compone el 62%, tienen un contenido graso aproximado del 10% y un contenido en azúcares del 27%, la mayoría simples», comenta la doctora.

«Una tarrina pequeña de helado puede pesar entre 70-125 gramos. El contenido de agua de sorbetes y polos de hielo es algo mayor, entre un 66-69%, aportando alrededor de 135 kcal/100 gramos, de las cuales su contenido graso aproximado es del 1,5% y su contenido en azúcares del 30%, también simples», explica la especialista, no sin antes aconsejar que distingamos entre los tipos de helados y en los comprados leamos el etiquetado para conocer nutrientes y composición.

Los de hielo, los polos sorbetes o granizados, aunque tienen más contenido en agua, tampoco nos permitirían un consumo incontrolado, pues aunque sí que es cierto que contienen menos calorías que los de leche su aporte de azúcares simples es mayor, además de sumar a sus recetas colorantes y conservantes.

Los deportistas que no quieran evitar darse el placer de tomarse un helado tendrán que tener en cuenta sus necesidades energéticas, hacer matemáticas con lo que gasta y consume, pero siempre teniendo presente que debe haber un control.

Podemos no renunciar a ellos siempre que las cantidades sean responsables y si no, como aconseja la doctora Pérez Montero, una buena opción sería combinarlos con frutas que podemos cortar en trozos y congelar o combinarlos con yogurt desnatado.

Si no queremos pasar todo el otoño lamentando los ricos helados del verano que nos tomamos, lo mejor será que nos regalemos los justos y los disfrutemos como el regalo que son.

 

Fuente: Correr y Fitness

Como ya hemos hablado en otras ocasiones, una buena nutrición que equilibre en cada una de las comidas las cantidades necesarias de macro nutrientes, permitirá mantener tus niveles de glucosa en sangre estables. Se evitan esos picos de bajada/ subida de azúcar que provocan esa necesidad de dulces o snacks entre horas.

Esto se acentúa si además sueles comer fuera de casa, o viajas por trabajo frecuentemente.

Aquí te dejo 5 pequeños trucos para calmar el apetito entre horas. Son estrategias sencillas que te ayudarán a mantener el control y evitar la ansiedad por comer.

No esperes a tener hambre para comer ni sed para beber

Esperar a tener hambre para comer solo conducirá a que te lleves a la boca casi lo primero que pilles con esa necesidad de calmar el hambre. Por ello, lo recomendable es que comas un pequeño tentempié a las tres horas después de la comida principal. Así controlarás mejor el apetito y además mantendrás al metabolismo activo durante más tiempo.

Por otro lado, evitarás esa ansiedad de comer deprisa, es probable que dediques más tiempo a masticar y comer lentamente.

Añade especias, vinagre a tus ensaladas y comidas y canela al café y té

El vinagre ayuda a mantener estable el azúcar en sangre, evitando así como hemos dicho, esas bajadas de azúcar. Recuerda la importancia de mantener estable el nivel de glucosa en sangre.

¿Has probado a añadir especias para dar sabor a tus comidas y ensaladas en lugar de azúcares? Busca opciones que hagan las comidas más sabrosas y apetecibles, especies como la pimienta, el eneldo, perejil, ajo en polvo. Por otro lado, el vinagre ayuda a reducir el índice glucémico bajo, da sabor a muchas de las comidas y tiene pocas calorías. (Ojo, el de Módena suele contener azúcares, opta por el de manzana o de jerez).

Para los dulces, tés o el café prueba a añadir un poquito de canela en vez de azúcar. La canela además de ser un potente afrodisíaco también se ha demostrado que retarda la velocidad en la que el alimento se metaboliza, teniendo la sensación de estar saciado.

Snacks saludables en puntos clave de la cocina

Trata de tener snacks saludables en aquellos lugares a los que sueles acudir a por todo lo contrario. Sustituye las galletas de chocolate por frutos secos o frutas deshidratadas; coloca en la nevera, en la balda de en medio y/o en la puerta, palitos de zanahoria, frutas, botella de agua con rodajas de limón.

De esta manera, cuando instintivamente acudas a por un dulce, tendrás una opción menos calórica y más sana.

Por otro lado, cada vez irás eliminando aquellos productos de alto contenido en azúcar, altamente procesados y/o con grasas saturadas.

El poder del agua

Lo hemos escuchado y leído muchísimas veces, pero seguimos optando por refrescos y zumos con alto contenido de azúcares añadidos como opción entre horas en lugar de agua. Piensa por un momento las calorías vacías de los refrescos, bebidas carbonatadas que provocan además hinchazón, y zumos frente a las cero calorías del agua.

Lleva una botellita pequeña siempre contigo, beberás más agua y te mantendrá saciado e hidratado. Es fácil.

Comer lentamente

Si te gusta comer, dedica el tiempo necesario en degustar los alimentos y masticarlos bien. Parece una tontería, pero te sacias antes y comes lo necesario, no más.

Te aseguro que siguiendo estos sencillos pasos conseguirás mantener una nutrición más sana, perderás peso y te mantendrás saciado durante más tiempo.

Fuente: Correr y Fitness

1- Mira las etiquetas. El mismo producto puede llevar cantidades industriales de azúcar si escoges una marca y una cantidad razonable si apuestas por otra. Y probablemente ni siquiera lo notes. Un buen ejemplo son las galletas o los cereales de desayuno: fíjate en las etiquetas e intenta apostar por opciones lo menos azucaradas. Tu paladar tardará unos días en acostumbrarse, y tu cuerpo probablemente también muestre un ligero síndrome de abstinencia, pero será solo cuestión de días: enseguida integrarás estos nuevos alimentos a la dieta.

2- Más vale añadir. En la línea del punto anterior, conviene evitar los productos con azúcares añadidos. Mejor escoger un yogur o postre lácteo sin azúcar y añadirla nosotros mismos llegado el caso, pues de buen seguro acabaremos incorporando menos de la que lleva de serie. Esta norma sirve para todos los postres lácteos, zumos y bebidas vegetales, entre otros. Y es que más que evitar por completo el consumo de azúcar, la idea es ir reduciéndolo poco a poco, y de esta manera lo haremos de forma sencilla y efectiva sin apenas notarlo.

3- Sí a los endulzantes alternativos. De la stevia al sirope de agave. Son igualmente calóricos, pero mucho más sanos que el azúcar. Podemos añadirlos al café, las infusiones e incluso la repostería y no vamos a notar la diferencia.

4- Acuérdate de la miel. Es también un endulzante fantástico, saludable y energético, que podremos incorporar a nuestras tostadas del desayuno o a nuestras infusiones, batidos y zumos. También va a funcionar muy bien con yogures, cuajadas y postres de cuchara en general, hasta el punto de que en unos días no echaremos para nada en falta el azúcar.

5- Repostería siempre casera. Además de que es mucho más sana porque no lleva aditivos que desconocemos y sabemos los ingredientes que estamos utilizando, con la repostería ocurre lo mismo que con los yogures. Las versiones procesadas contienen siempre una enorme cantidad de azúcar añadido, incluso una tercera parte más del que utilizaremos en nuestra versión casera.

6- No al azúcar glass. Se ha convertido en un básico para decorar pasteles, pero ya es hora de sustituirlo. Mejor utilizar virutas de chocolate negro, alguna crema casera suave o, directamente, nada: si la pieza de repostería es buena, probablemente no requerirá decoración. Lo mismo podemos decir de los rebozados con azúcar que solemos usar en buñuelos, torrijas y otros dulces caseros: antes de usar azúcar, debemos preguntarnos si de verdad es necesario.

7- Cada día un poco menos. Además de apostar por endulzantes saludables, también podemos intentar ir reduciendo poco a poco la cantidad de azúcar que incorporamos a cafés e infusiones hasta que, en poco tiempo, ya no necesitemos añadir nada. Si somos de los que tomamos dos sobres, empecemos a añadir uno y medio durante una semana, después reduzcamos a uno, posteriormente a medio y así poco a poco hasta que ya no necesitemos nada. Va en serio: te acostumbrarás rapidísimo a los nuevos sabores.

8- Olvida los frappucinos y demás pijadas cafeteras. Suelen ser una bomba de relojería de azúcar que no nos aporta nada más que calorías vacías y un subidón de insulina. Si sales a tomar un café opta mejor por uno solo o uno con leche vegetal. Pero ojo, vigila también con las leches vegetales, pues a menudo consumes bebida de soja, avena o arroz pensando que estás siendo la persona más sana del mundo sin saber que algunas marcas añaden cantidades industriales de azúcar a estas bebidas supuestamente saludables.

 

Fuente: Cocinatis