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La cantante explica qué la hizo revelar su dura verdad.

Lady Gaga todavía lucha contra los efectos del trauma que le provocó una violación que sufrió a los 19 años.

Como la estrella de la portada de la edición de octubre de Vogue, la cantante reveló cómo fue que decidió compartir por primera vez en público su historia, para poder lidiar con el dolor que sentía en privado.

«Nadie más lo sabía. Fue como si yo intentara borrarlo de mi cerebro. Cuando finalmente salió fue como un gran y feo monstruo. Y tienes que enfrentar al monstruo para sanar», le contó a Vogue.

Dos años después de hablar de la violación en una conversación con Howard Stern, en una entrevista de 2016 con Today reveló que todavía sufría de estrés postraumático. «Para mí, con mis problemas de salud mental, al principio la mitad de la batalla fue que sentía que le mentía al mundo, porque tenía mucho dolor pero nadie lo sabía», le contó la cantante a la revista. «Por eso tuve que decir que sufría de estrés postraumático, porque no quería ocultarlo, más de lo necesario».

Lady Gaga, Vogue, October 2018
La actriz de A Star Is Born habló en detalle sobre las secuelas psicológicas que todavía enfrenta. «Me siento aturdida. O atrofiada. ¿Saben esa sensación cuando estás en una montaña rusa y estás a punto de caer por una pendiente pronunciada? ¿Ese miedo y el vacío en tu estómago? Mi diafragma se contrae. Me cuesta respirar, todo mi cuerpo luego sufre un espasmo. Y empiezo a llorar», le contó Gaga a Vogue. «Así se sienten todos los días las personas víctimas de un trauma, es… miserable. Siempre digo que el trauma tiene un cerebro. Y se mete con todo lo que haces».

Parte de la expresión de eso ha sido la fibromialgia y dolor en los nervios, de los que habló en 2017 y en su documental del NetflixGaga: Five Foot Two.

«Me irrita tanto la gente que no cree que la fibromialgia es real», le contó la estrella a Vogue. «Para mí, y creo que para muchos otros, es un ciclón de ansiedad, depresión, estrés postraumático, pánico, cosas que sobrecargan al sistema nervioso y por eso te duele».

Y continuó explicando, «La gente tiene que ser más compasiva. El dolor crónico no es una broma. Es levantarte todos los días sin saber cómo te vas a sentir».

Lady Gaga, Vogue, October 2018

A pesar de no saber cómo será el día siguiente con respecto a su condición física, Gaga ha forjado una carrera de toda una década y ahora tiene un nuevo papel que ya suena para muchos premios, una próxima residencia en Las Vegas y un romance discreto con Christian Carino.

«Sí», le respondió Gaga a Vogue cuando le preguntaron si es feliz. «Me concentro en las cosas en las que creo. Me reto a mí misma. Me embarco en nuevos territorios, con nervios pero también con mucha dicha».

Y agregó, «Es un momento interesante en mi vida. Es una transición, seguro. Ha pasado una década».

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: E-News!

Desde el primer sorbo

¿Estás pensando en hacer una dieta para perder peso basada únicamente en, por ejemplo, tomar zumos de fruta? Quizás antes de lanzarte a ella te interesaría saber cómo reacciona tu cuerpo después de una semana privado de proteínas, carbohidratos y grasas, y con menos de 1.000 calorías al día.

Después del primer sorbo. Las señales de hambre que envía tu cerebro son respondidas con una oleada de azúcar procedente de la fruta (y no, sustituirlas solo por verduras tampoco es una buena idea). Esta reacción obliga al páncreas a segregar insulina, que es la responsable de transportar el azúcar (en forma de glucosa en tu sangre) a las células.

Después de 30 minutos. Mientras tus células absorben la glucosa, tu nivel de azúcar en sangre empieza a venirse abajo. Puede que comiences a sentirte mareada. Mientras tanto, debido a la falta de calorías, tu cuerpo se ve privado de glucógeno, una fuente de energía rápida que se almacena en los músculos y en el hígado. 

Ya empieza a pasar factura

Después de dos días. Con cada sorbo de zumo, tus niveles de insulina se disparan, para luego estrellarse. Tus reservas de glucógeno hace tiempo que se extinguieron, dejando tu despensa vacía (y, con ello, una sensación de debilidad).  Desde que empezaste a tomar aproximadamente la mitad de las calorías que necesitas, tu cuerpo recurre a dos fuentes de energía: los triglicéridos, un tipo de combustible almacenado a modo de grasa (¡viva!) y las proteínas, sacadas directamente de tus músculos (¡ups!). Por eso empiezas a perder masa muscular, incluso aunque estés haciendo ejercicio cada día.

Después de tres díasTu cerebro no está nada contento. Ha entrado en un modo de inanición y ahora engulle cetonas, una energía que procede de la quema de grasas. Las cetonas funcionan, pero son algo así como una gasolina de mala calidad; como resultado, lo más probable es que te sientas desconcentrada e irritable. Tu cerebro también acusa la falta de aminoácidos, que son básicos para los neurotransmisores y mantienen estable tu estado de ánimo.  Si eres propensa a las depresiones, casi seguro que a estas alturas te sientes triste. Las proteínas de tus músculos se descomponen en amoniaco y ácido úrico, elementos nada recomendables en tu torrente sanguíneo. Ahora, tus riñones trabajan a destajo para desintoxicarte de tu particular ‘desintoxicación’. Permanece cerca del lavabo: el alto porcentaje de carbohidratos del zumo causa la entrada de mucha agua en tus intestinos. Ese extra de líquido en tu vientre te provocará diarrea.

Y al final…

Después de cuatro días. Sin comida que digerir, tu intestino se siente ignorado. Las pequeñas vellosidades que lo cubren (para convertir la comida en alimento para la sangre) empiezan a atrofiarse. Puede que tu diarrea empeore, acercándote cada vez más a la deshidratación… y por ahí se va el atractivo tono rosado de tus mejillas.

Después de ocho días. ¡Comida sólida al fin! Pero… has perdido músculo. Incluso si recuperas tus hábitos alimenticios normales, ahora tienes menos masa muscular para quemar esas calorías, de manera que lo más seguro es que se transformen en grasa. Y ahí es cuando hace acto de aparición el temido efecto yo-yó de estas estrictas dietas. La desproporción entre grasa y masa muscular altera el metabolismo y consigue que las calorías sean mucho más difíciles de quemar.

Fuente: Woman’s Health

LoGan Paul es el único que ha sido duramente criticado después de publicar un perturbador video donde se mostraba el cuerpo sin vida de un hombre en el bosque japonés de Aokigahara. YouTube también fue señalado haber permitido que el clip permaneciera tanto tiempo activo en su plataforma como para convertirse en tendencia.

La comunidad no estuvo satisfecha con el primer comunicado de YouTube, mensaje que muchos calificaron como una disculpa superficial. «Nuestros corazones están con la familia de la persona que apareció en el video», dijo YouTube en un comunicado. «YouTube prohíbe el contenido violento o crudo que su publique de una forma sensacionalista o irrespetuosa. Si el video contiene contenido gráfico, solo puede permanecer en el sitio cuando esté apoyado por una apropiada información educativa y documental, y en algunos casos podría tener restricciones de edad. Nos aliamos con grupos de seguridad como la Línea Nacional de Prevención Contra el Suicidio para proporcionar contenido educativo que incorporamos en nuestro Centro de Seguridad en YouTube«.

Para algunos usuarios, YouTube se olvidó de algo importante: un castigo para Paul.

Luego que muchos reclamaran que YouTube debía tener más mano dura con estrellas como Logan, la plataforma de video se vio obligada a emitir un nuevo comunicado.

«Muchos de ustedes han estado frustrados con nuestra reciente falta de comunicación», escribió YouTube en una serie de tuits. «Tienen razón al estarlo. Merecen saber qué está pasando».

YouTube continuó diciendo que espera más de sus creadores de contenidos y que están meditando sobre las consecuencias que tendrá el video de Logan en particular.

¿Acaso lo sancionarán de manera más contundente?

Mientras tanto, el famoso youtuber no ha publicado nada nuevo desde hace una semana, cuando compartió una disculpa por lo sucedido.

Fuente: E-News