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Los embutidos son unos alimentos muy frecuentes en nuestra dieta, ya que son asequibles, sabrosos y fáciles de consumir (no hay que cocinarlos), aunque eso no quiere decir que siempre sean opciones saludables.

De hecho, el fiambre no goza de demasiada buena fama, ya que está compuesto por carnes que han sido procesadas y que suelen contener altas cantidades de grasas. Pero vayamos por partes: hay un grupo muy heterogéneo de embutidos y no todos tienen las mismas características y valores nutricionales. ¿Cuáles son más sanos y cuáles son más perjudiciales?

Los que no deberías comer

Chorizo, morcilla, salchichón y butifarra. Cuatro tipos de embutidos que, aunque muy ricos, nunca han gozado de buena fama en lo que a salud se refiere, y por razones de peso. 100 gramos de chorizo contienen unos 30 gramos de grasas (la mayor parte saturadas) y hasta 72 mg de colesterol. La morcilla, por su parte, puede aportar hasta 370 calorías por unidad, y la butifarra, hasta 280.

Además, estos fiambres, en los que la presencia de grasa es más que notable (ya sea por la untuosidad del producto o por su brillo y textura característicos) suelen contener altas cantidades de sal y sodio (más de 1200 mg en el caso del chorizo), que es más del 50 % de la cantidad diaria recomendada de este mineral. Un exceso de sodio en la sangre puede ocasionar retención de líquidos y problemas cardiovasculares como hipertensión.

Los que sí deberías comer

Los fiambres de carnes magras, como la pechuga de pavo o pollo, el jamón cocido y el jamón serrano constituyen opciones mucho más saludables. El jamón ibérico posee altas cantidades de grasas pero de buena calidad (monosaturadas) que ayudan a regular los niveles de colesterol. Por su parte, la pechuga de pavo apenas aporta 1 gramo de grasa y 100 calorías por cada 100 gramos, siendo el embutido más saludable de todos.

Este tipo de fiambre constituye una fuente de proteínas de alta calidad, además de contener potasio, fósforo, hierro y otros minerales que ayudan al cuerpo a funcionar adecuadamente.

¿Cuánta cantidad comer?

Consumidos de una forma muy esporádica y en cantidades moderadas (un par de rodajas o de lonchas), los embutidos no tienen por qué perjudicar la salud.

Sin embargo, si estás buscando perder algo de peso o cuidar tu línea, o tienes algún problema de salud (obesidad, colesterol alto, hipertensión) sí que deberás prestar especial atención a los que tomas: evita los más calóricos y grasientos (chorizo, butifarra, morcilla, paté, mortadela…) y elige siempre los embutidos con la menor proporción de grasas y bajos en sal (pavo, jamón york y jamón serrano).

En el caso de estos embutidos de carne magra, puedes tomarlos sin preocupaciones un par de veces a la semana. Son una buena opción para comer entre horas, a modo de picoteo, o después de realizar ejercicio, ya que al ser ricos en proteínas, te ayudarán a quemar grasa a la vez que desarrollas masa muscular.

 

Fuente: Cocinatis