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Estaba claro que Rihanna no perdería una oportunidad como Coachella para hacer de las suyas, estilísticamente hablando. Pero, aunque todos predecíamos que sus outfits serían muy locos, nuestros cerebros no podían imaginar algo de esta envergadura. Un mono de lentejuelas de diseño segunda piel que cubría cada centímetro de la piel de RiRi. Y cuando decimos cada centímetro, es cada uno. Incluyendo la cara al completo.

Y como el bodysuit hacía las funciones de segunda piel, Rihanna se vistió por encima con el típico uniforme festivalero. Un short vaquero y un top de Gucci, además de unas gafas de sol que nos indicaban donde empezaba la cara y terminaba el cuerpo. Una versión del hombre invisible muy glamourosa, chic y, en definitiva, muy Rihanna.

Así de extravagante posó la cantante durante el festival de Coachella, aunque para los conciertos y bailoteos se quitó la máscara (que era separable del resto del mono, menos mal), para darlo todo sin impedir que el oxígeno le llegara a la cara. Y así fue como Rihanna sorprendió una vez más, sin renunciar al look típico del festival pero rompiendo todos los moldes. Está claro, ella es una diva.

Fuente: Trendencias