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Los músculos pélvicos son los responsables de sostener la uretra, la vejiga, el útero y el recto. Como cualquier otra parte del cuerpo, esta zona necesita cuidados específicos.

Fortalecer el suelo pélvico no está asociado solo con el posparto o a la madurez; de ello depende que no se produzcan consecuencias negativas, como la incontinencia urinaria, disfunción sexual, prolapsos, entre otras cosas. Estas alteraciones pueden llegar a tener consecuencias importantes, tanto funcionales como psicológicas, minando la autoestima y afectando la calidad de vida, así como las relaciones en pareja. Descubre los distintos métodos para mejorar esta zona tan olvidada.

 

Desde Kegel

El Dr. Arnold Kegel creó, en la década de 1940, un método de ejercicios destinados a fortalecer los músculos pélvicos. Uno de ellos es fingir que tienes que orinar y luego contenerte; así, se relajan y aprietan los músculos que controlan el flujo de orina. Recuerda que la higiene íntima es uno de los puntos fundamentales en los ejercicios de preparación, mantenimiento y recuperación del suelo pélvico.

Método hipopresivo

Se creó como recuperación tras el parto, adaptándose posteriormente al fitness y al rendimiento deportivo. Mediante una serie de posturas y ejercicios realizados en apnea respiratoria, conseguirás disminuir la presión torácica, abdominal y pélvica, activando las fibras responsables del tono muscular.

Método láser

La solución más revolucionaria se llama MonaLisa Touch. Se trata de un láser de CO2 fraccional, diseñado para el tratamiento de los trastornos vulvovaginales, causados por el envejecimiento y los partos. Soluciona las primeras alteraciones de la zona íntima femenina en tres sesiones de quince minutos, de forma ambulatoria y sin anestesia porque su aplicación es indolora. Brinda elasticidad, tonicidad y firmeza.

 

Kung fu sexual

En Body Language, centro orientado a procurar el bienestar físico, mental y espiritual de la mujer, se pone en práctica el kung fu sexual, una técnica que te enseñará a ser consciente de los músculos relacionados con la sexualidad, sobre todo los del suelo pélvico y diafragma urogenital. Consiste en un entrenamiento específico vaginal, que combina respiración, aromaterapia y el trabajo con una bolita de cuarzo rosa. Uno de los principales beneficios que aporta es mantener en forma una zona tan importante como la urogenital: vagina, útero y ovarios.

 

 

Fuente: Revista Mariela