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Es lógico que estés preocupada por la salud de tus hijos, al saber que los buenos hábitos alimentarios desde edades tempranas previenen enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión, diabetes, etc. Sin embargo, antes de que tu deseo por hacerles un bien te lleve a ser radical y prohibirles lo que más les gusta, te proponemos estos consejos. ¡Ponlos en práctica!

 

 

Buen ejemplo

Comienza por no ser la primera en consumir dulces, sobre todo si tus hijos te piden golosinas frecuentemente. Será más fácil que te hagan caso si ven que para ti los dulces no son importantes.

 

Que tu casa no sea una vitrina

Ayuda a tus hijos a controlar la tentación. Fíjate que la cocina no esté llena de opciones para consumir golosinas y que más bien sea un lugar donde encontrar alimentos sanos.

 

Porciones pequeñas

Un truquito es servir en platos más pequeños. Enseña a tus hijos que con ciertas raciones es suficiente. Diles que compartan sus delicias favoritas con amigos y hermanos.

 

No los premies con dulces

Recompensar a tus hijos de este modo no es una buena estrategia. Te recomendamos hablarles afectuosamente, con palabras de estímulo, dar un paseo o jugar con ellos.

 

Las etiquetas no ayudan a los niños

Tildar de “malos”, “dañinos” o “prohibidos” a los dulces podrían causar el efecto contrario y despertar ansiedad en ellos. Son palabras extremas y utilizarlas no es beneficioso.

 

¿Y si el postre es una fruta?

Esta es una buena medida para terminar las comidas, en lugar de que se acostumbren a cakes, helados o galletas. Al servir, varía la presentación para que bananas, peras, manzanas, etc. sean más llamativas.

 

Comer dulces pero no cotidianamente

Los niños deben aprender que estos alimentos no son indispensables a diario y tampoco nocivos de vez en cuando. Si se manejan así de pequeños, de grandes lo harán igual.

 

Los dulces no reemplazan las comidas

Si tus hijos no terminaron su almuerzo o cena, evita que de algún modo consigan un postre o golosina. En el desayuno deben comer algo nutritivo; deja el pastel del cumpleaños de ayer para después.

 

Fuente: Revista Mariela