La revista especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, publicada en Estados Unidos, observa que del total de multimillonarios en todo el mundo, solo el 10% son mujeres. Conoce quiénes ocupan los cinco primeros puestos y cuál es la fuente de su patrimonio.
Liliane Bettencourt (93 años)
Es la fundadora de la firma L’Oreal y la persona de mayor edad en el listado de los más ricos. Cuenta con $36.100 millones y con fama de ser muy discreta, al punto de utilizar muy poco maquillaje. Su mansión se encuentra en el elegante suburbio de Neuilly-sur-Seine, en el área metropolitana de París.
Alice Walton (66 años)
Es la hija del fundador de WalMart, Sam Walton, y se estima que su dinero alcanza los $32.300 millones. En el 2011 inauguró el Crystal Bridges Museum of American Arts, con colecciones únicas y de acceso gratuito. Está ubicado en Bentonville, Arkansas, su ciudad natal.
Jacqueline Mars (76 años)
Su patrimonio es de $23.400 millones. Mars y sus hermanos heredaron la fábrica de dulces y alimentos para mascotas Mars en 1999, después de la muerte de su padre, pero ninguno de ellos juega un papel activo en la empresa. Ella, al igual que su familia, es muy protectora de su privacidad; no da entrevistas y evita las apariciones públicas.
Maria Franca Fissolo (89 años)
Es otra dulce heredera; viuda de Michele Ferrero, quien construyó el Grupo Ferrero y murió en 2015. En 1950 se unió a la empresa familiar y siete años después se posicionó como su líder. Las actividades de este imperio iniciaron durante la Segunda Guerra Mundial. Su fortuna asciende a $22.100 millones.
Susanne Klatten (54 años)
Heredera del imperio automotriz de su padre, Herbert Quandt, quien a su vez lo recibió de su progenitor, Harald Quandt. Es conocida como Lady BMW y la respaldan $18.500 millones. A mediados del 2007 inició una breve relación con Helg Sgarbi, un gigoló a quien la millonaria le entregó 7 millones y medio de euros.
Fuente: Revista Mariela
Las comidas muchas veces se complican más de lo que desearíamos: quizás nos pasamos picoteando todo el día mucho más de lo que deberíamos (y cosas generalmente insanas) y llegamos sin nada de hambre a la cena o, por el contrario, con el calor del día se nos quita el hambre y cuando llegamos a la mesa por la noche arrasamos con todo lo que encontramos a nuestro paso.
Para asegurarnos unas cenas saludables, sabrosas y llenas de proteínas (que nos saciarán y completarán el aporte diario de este macronutriente) os dejamos a continuación una selección con las 13 mejores recetas de ensaladas proteicas, ideales para estas noches de verano.
Ensalada de pollo escabechado: estamos acostumbrados a tomar las pechugas de pollo casi siempre a la plancha, pero ¡eh! hay vida más allá de la sartén y del pollo hervido. El escabechado nos permite conservar las pechugas de pollo en perfecto estado unos días más y además le da un sabor muy rico y característico a nuestro plato.
Ensalada de cuscús de coliflor con langostinos marinados y aguacate: no solo del pollo obtenemos las proteínas, sino que podemos encontrarlas (y en verano casi que apetecen más) en diferentes frutos del mar, como por ejemplo los langostinos. En este caso el marinado es lo que les otorga sabor y hace único este sencillo plato.
Ensalada de garbanzos, patata y tomates con aliño de mostaza: y no todo van a ser proteínas de origen animal. Como hemos dicho en anteriores artículos, las legumbres son una buena fuente de proteína para las dietas omnívoras, pero sobre todo para las dietas vegetarianas. En esta ensalada encontramos los garbanzos cocidos combinados con patata y tomate: alimentos sencillos y accesibles para conseguir un plato sabroso y saludable.
Ensalada de pasta, brócoli y atún: porque la pasta no tiene por qué ser solo para el medio día, esta ensalada la combina con el versátil brócoli (en este caso está cocinado al vapor, pero también podemos rehogarlo un poquito en la sartén o hacerlo al wok para que conserve todo su sabor) y el atún al natural. Una forma sencilla y rápida de añadir proteínas a nuestro plato.
Ensalada templada de calamares y langostinos: de nuevo el marisco es protagonista de nuestra ensalada, en esta ocasión en forma de calamares y langostinos preparados a la plancha (con más sabor) o cocidos (más prácticos, pero menos sabrosos). Un poco de lechuga, pimiento y cebolla completan esta ensalada que hará las delicias de toda la familia.
Ensalada de pollo asado con frambuesas: si has comido pollo asado en los últimos días y ha sobrado un buen trozo, esta ensalada con brotes de espinacas y rúcula es una de las mejores formas de aprovecharlo. Las frambuesas le dan el toque más dulce, mientras que el queso de cabra ofrece un sabor potente, creando una sabrosa combinación.
Ensalada de arroz y lentejas con aguacate y tomate: otra de las legumbres que podemos utilizar en nuestras ensaladas son las lentejas (podéis comprarlas ya cocidas o comprarlas en seco y cocerlas en casa), que además nos aportan hierro, zinc y magnesio. En este caso las combinamos con los carbohidratos del arroz y las grasas saludables del aguacate para conseguir un plato muy completo.
Ensalada multicolor con salmón salteado: rica, fresca, ligera y muy saludable es esta ensalada con lomos de salmón ligeramente salteados en la sartén y aliñada con una sencilla combinación (que siempre funciona muy bien) de limón y aceite de oliva. Los pepinillos en vinagre le dan ese toque agridulce que nos encanta en verano.
Ensalada César de pollo: la reina indiscutible de las ensaladas, con sus característicos croutons, su lechuga romana y sus lascas de parmesano. Esta es una ensalada muy sencilla pero que suele gustar mucho a todo el mundo, quizás por la salsa: seamos comedidos con ella ya que si se nos va la mano podemos pasar de un plato fresco y saludable a otro colmado de grasas poco deseables.
Ensalada de quinoa con lentejas beluga y hortalizas crujientes: no podía faltar la quinoa como uno de los ingredientes estrella de las ensaladas a lo largo de todo el año, pero sobre todo en verano, ya que es fácil de preparar y nos aporta una buena cantidad de proteína. Combinado con las lentejas, conseguimos un plato muy proteico, saludable y sabroso.
Ensalada de bacalao con habitas baby: pescado y legumbres son una muy buena combinación para conseguir un palto saludable y repleto de proteínas. El bacalao va hervido y aliñado con un poco de pimienta y con zumo de limón. Un plato perfecto para consumir tanto templado como frío, y una combinación poco frecuente que sorprenderá a los invitados en caso de que cenemos en compañía.
Ensalada de pollo y aguacate: una ensalada muy sencilla que tiene como base mi querido «tomacate» (así es como llamo a la combinación de tomate y aguacate) y que suele ser la que oferzco a mis invitados si compartimos ensalada y son omnívoros. Podemos añadir o bien atún al natural o bien pechuga de pollo, como en este caso, para asegurarnos un buen aporte de proteínas (para vegetarianos, probad a añadir garbanzos).
Ensalada de arroz y legumbres: para terminar, una receta apta para vegetarianos, ya que la proteína que necesitamos la obtenemos de las legumbres. Bien puede ser una receta de aprovechamiento, ya que admite un montón de ingredientes que tengamos en la despensa o en la nevera. En este caso estamos usando arroz y judías negras, pero podemos optar también por judías verdes, lentejas o garbanzos.
Con todas estas recetas, ya no hay excusas para cenar un plato fresco con un buen aporte de proteínas también en los meses de más calor del año. Bon appétit!
Fuente: Vitonica
No hay duda de que las patatas son un producto muy socorrido para preparar guarniciones que acompañen a casi cualquier comida, especialmente fritas, pues gustan a casi todo el mundo. Aunque tengo que admitir que a mí me da mucha pereza freír patatas, por eso no dudé en probar a hacer patatas fritas al horno después de ver la idea en el blog Annie’s Eats.
Cada vez más gente recurre a las patatas prefitas congeladas comerciales, ya que ahorran tiempo y sólo hay que ponerlas en el horno unos minutos. Pero yo no soy muy partidaria de los productos precocinados, así que vistos los buenos resultados de este método para hacer patatas fritas, ya no tengo excusa para prepararlas en casa.
Ingredientes
Para 2 personas
Patatas grandes2
Aceite de oliva virgen extra 35 ml
Zumo de limón 5 ml
Ajo granulado al gusto
Pimienta negra molida al gusto
Tomillo seco al gusto
Pimentón dulce al gusto
Sal al gusto
Cómo hacer patatas fritas al horno
Dificultad: Fácil
Tiempo total1 h
Elaboración10 m
Cocción50 m
Lavar bien las patatas y pelarlas. Cortar longitudinalmente en piezas alargadas, procurando que tengan más o menos el mismo grosor. Llenar un cuenco con agua caliente y dejarlas en remojo durante al menos 30 minutos.
Precalentar el horno a 220ºC. Escurrir las patatas y secarlas bien. Untar con 3 cucharadas de aceite de oliva el fondo de una fuente y espolvorear con una pizca de cada especia y sal. Poner las patatas en otro cuenco limpio, añadir el aceite restante, el zumo de limón y otra pizca de las especias al gusto. Remover bien para que se impregnen con la mezcla.
Colocar las patatas en la fuente engrasada, procurando que formen una sola capa. Cubrir con papel de aluminio y hornear durante 5 minutos. Retirar el papel de aluminio y continuar el horneado, unos 15-20 minutos, dando la vuelta a la fuente pasados los primeros 10 minutos.
Cuando las patatas empiecen a coger color, sacar del horno, remover bien para que se den la vuelta y volver a hornear unos 5-10 minutos más, hasta que estén bien doradas y crujientes.
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Con qué acompañar las patatas fritas al horno
Disponemos las patatas fritas al horno en un plato o fuente sobre papel de cocina o unas servilletas, para que se absorba el poco exceso aceite que puedan tener. Si nos gustan bien saladas, sazonamos con un poco más de sal o las acompañamos de la salsa que más nos guste.
Fuente: Directo al Paladar
Los antiguos herbolarios creían que la similitud que frutas y vegetales tienen con ciertas partes del cuerpo humano es una pista para que podamos ver sus beneficios. Paracelso, médico renacentista, postulaba exactamente lo mismo. Lamentablemente, estos conocimientos se fueron perdiendo entre cientos de estudios y medicamentos que conocemos en la actualidad. A continuación, te mostramos algunas de las semejanzas más sorprendentes, con la debida explicación de diferentes nutricionistas. La acelga y el sistema circulatorio
Sus nervios rojizos se expanden a través de sus hojas igual que lo hacen nuestras arterias. “La acelga posee antioxidantes que se aseguran de que todas las venas estén limpias de radicales libres”, comenta la nutricionista Ashley Koff. Este vegetal te ayudará a mantener la sangre fluyendo a través de tu sistema circulatorio. Las nueces y el cerebro
Una dura corteza y por dentro dos mitades de un fruto seco, cuyo aspecto es como el de un cerebro. Ambos están compuestos de un 68% de grasa. Sus ácidos grasos Omega 3 mejoran la memoria y reducen el riesgo de padecer demencia. Y es que “esta grasa es la lubricación que permite que todo funcione como corresponde”, asegura la nutricionista Christina Mayor. El apio y los huesos
Los investigadores dicen que tanto el apio como los huesos contienen casi un 23% de sodio. Adicionalmente, este vegetal es alto en magnesio y es una buena fuente de silicona. “Permite que los niveles de magnesio y calcio se alineen para que nuestros huesos estén fuertes”, detalla Christina Major. Los frijoles y los riñones
Una gran alternativa para eliminar deshechos y prevenir el estreñimiento es consumir frijoles. “Diversos estudios han demostrado que si no tienes suficiente magnesio y potasio en el cuerpo puede aumentar la posibilidad de desarrollar cálculos en los riñones”, afirma la nutricionista Adrienne Raimo.
Los tomates y el corazón
Las cámaras internas del tomate se parecen mucho a la estructura del corazón y además tienen altas dosis de licopeno, componente muy amigable con nuestro órgano vital. Investigadores de Harvard descubrieron que las mujeres que tenían mayores niveles de licopeno en la sangre presentaban un 33% menos de posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas.
Fuente: Revista Mariela | n° de edición 97
Cuántas veces nos hemos visto en la necesidad de tener que poner una torta sobre la mesa y no disponer de tiempo, recursos o ganas para hacerlo. A mi, personalmente, se me acaban los dedos al contar las veces que esto me ha pasado. Por eso agradezco muchísimo y guardo como oro en paño recetas que me sacan del apuro como estas 4 t0rtas rápidas y fáciles.
Porque, por mucho que me guste cocinar, no siempre le puedo dedicar el tiempo que quisiera. Suelo empezar por la comida principal y los platos salados, dejando la elaboración de postres y dulces para el final. Entonces me pilla el toro. Si os suena el asunto y estáis asintiendo internamente, vais a agradecer tener a mano atentos a las 4 t0rtas rápidas y fáciles que os explicamos a continuación.
4 t0rtas rápidas y fáciles que te sacan de un apuro
Entre todas nuestras propuestas hemos procurado incluir tortas al gusto de todos: de fruta, de chocolate, de queso o de otros tipos. Todas ellas requieren de menos de 30 minutos de preparación, aunque en la mayoría se necesita un tiempo posterior de enfriado, congelado, atemperado, etc. Pero estos tiempos no implican trabajo por nuestra parte, nos permiten despreocuparnos de ellas y son fáciles hasta decir «basta». Vamos a verlas.
Tarta de galletas María
Ingredientes: 2 paquetes de galletas María, 200 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente, 200 g de azúcar glasé, 2 yemas de huevo a temperatura ambiente (pueden usarse pasteurizadas, puesto que van crudas), 250 ml de leche, 1/2 cucharadita de esencia de vainilla, 1 vaina de vainilla o 1 cucharada de azúcar vainillado.
Elaboración: Calentar la leche a fuego suave con media vaina de vainilla abierta. Dejar infusionar, colar y dejar enfriar. Disponer la mantequilla troceada, a temperatura ambiente, en un recipiente mediano. Batir con varillas hasta cremar. Añadir poco a poco el azúcar glasé, sin dejar de batir, removiendo de vez en cuando con una lengua para conseguir una textura uniforme. Agregar las yemas y la esencia de vainilla y batir un poco más a velocidad baja hasta tener una consistencia cremosa, homogénea y sin grumos. Mojar una galleta María en la leche enfriada, escurrir y disponer en el centro de una fuente. Repetir con seis galletas más para distribuirlas a su alrededor, formando una base de flor de galletas. No tienen que estar muy empapadas. Untar ligeramente cada galleta con la crema, repartiéndola uniformemente. Repetir la operación hasta tener cinco pisos de galletas y crema. Cubrir la superficie y los laterales, alisando con ayuda de una espátula de repostería. Triturar unas cuantas galletas María y repartir por la parte superior. Dejar enfriar en la nevera una hora.
Tarta de manzana en 15 minutos
Ingredientes: 2 o 3 manzanas, 3 huevos L, 50 g de mantequilla, 250 ml de leche semidesnatada, 5 cucharadas soperas rasas de fécula de maíz, 150 g de azúcar, 1 sobre de levadura química, caramelo líquido para bañar el molde, 3 cucharadas de mermelada de albaricoque o manzana para barnizar la tarta.
Elaboración: Añadimos caramelo líquido en la base del molde y los laterales. Pelamos las manzanas y las cortamos en lonchas finas. Derretimos unos segundos a media potencia la mantequilla en un bol para que esté líquida y templamos la mermelada otros segundos. Reservamos mientras que batimos la masa. En un vaso alto echamos, la fécula de maíz o Maicena, los huevos, la leche, el azúcar, el sobre de levadura y la mantequilla derretida. Batimos hasta mezclar. Vertemos en el molde y colocamos las manzanas. Ponemos en el microondas y cocemos a 800 watios durante cinco minutos, dejamos reposar cinco minutos dentro del microondas, cocemos otros cuatro minutos a 800 watios. Pincharmos con un palillo para comprobar que salga limpio si no, ponermos un minuto o dos más dependiendo de vuestro microondas. Pintamos con cuidado con la mermelada y gratinar un minuto con el grill para dorarle la superficie. Dejamos enfriar en la nevera.
Semifrío de frambuesa y queso crema
Ingredientes para cuatro personas: Para la mousse de queso crema: 200 g de queso crema, 50 g de leche, 5 g de gelatina, 20 g de nata, 180 g de nata para semimontar. Para la mousse de frambuesa: 250 g de frambuesas, 6 g de hojas de gelatina, 20 g de azúcar, 50 g de queso crema, 200 g de nata con 35%MG o para montar.
Elaboración: Para la mousse de queso crema, forraremos con film de cocina transparente, cuatro aros de emplatar metálicos. Si disponemos de tiras de acetato, la colocaremos por todo el perímetro interior del aro para que nos ayude a la hora de desmoldar. Para hacer la mousse de queso crema, ponemos a remojar las hojas de gelatina en agua fría durante un mínimo de quince minutos. Después mezclamos el queso crema en un bol, añadimos la leche y unimos todo bien con unas varillas. Reservamos. Calentamos los 20 gramos de nata en el microondas y les añadimos la gelatina bien escurrida. Mezclamos esto con el batido de queso y leche. En otro bol montamos ligeramente la nata y la mezclamos con suavidad a la mezcla anterior. Vertemos con una jarra en los aros que tengamos preparados, congelamos hasta que endurezca. Para la mousse de frambuesa, comenzamos hidratando las hojas de gelatina en agua muy fría durante 15 minutos. Mientras lavamos las frambuesas y las trituramos en el vaso de una batidora con el azúcar. De este puré de frambuesa retiramos la mitad de un vasito que calentaremos en el fuego o en el microondas. En esa parte de puré caliente disolvemos las hojas de gelatina muy escurridas y agregamos esa mezcla al resto de puré que estaba a temperatura ambiente, integrando todo bien. Le añadimos finalmente el queso crema removiendo con unas varillas. En otro bol semimontamos la nata bien fría con unas varillas, tenemos que batirla hasta que este densa y espumosa, pero no tan montada como cuando vamos a decorar algo con ella. La mezclamos suavemente con el puré y queso, removiendo con una espátula de silicona. Repartimos la mousse de frambuesa encima de la mousse de queso congelada que habíamos preparado anteriormente. Congelamos de nuevo un mínimo de cuatro horas. Una vez congelado, desmoldamos y dejamos durante dos o tres horas en la nevera para que descongele antes de servirlo.
Tarta de chocolate blanco y galletas Oreo
Ingredientes para cuatro personas: Para la base: 115 g de galletas Oreo sin el relleno, 50 g de mantequilla. Para el relleno: 200 g de chocolate blanco de repostería, 100 ml de nata líquida al 35%MG, 125 g de queso mascarpone a temperatura ambiente, 6 g de hoja de gelatina, 250 g de frambuesas frescas.
Elaboración: Comenzaremos retirando el relleno de las galletas Oreo hasta juntar los 115 gramos de galletas. Echamos estas en un robot picador, o las trituramos finas con un rodillo de cocina dentro de una bolsa de congelación, le añadimos la mantequilla derretida y formamos una pasta con la que forraremos la base de un aro de pastelería de unos 16 centímetros de diámetro, puesto sobre una bandeja forrada con papel de horno. Refrigeramos. Para la mousse ponemos en un bol con abundante agua fría las hojas de gelatina a hidratar durante 10 minutos. En un bol echamos el chocolate picado y lo derretimos con cuidado al baño maría o en el microondas. Reservamos. Ponemos un cazo y calentamos la nata hasta que comience a hervir, retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina escurridas, vertemos en tres veces, removiendo con una espátula de silicona, sobre el chocolate blanco fundido, hasta lograr una ganache lisa y brillante. Le añadimos suavemente el queso mascarpone a temperatura ambiente, y rellenamos el aro para formar la tarta. Dejamos refrigerar durante cinco horas antes de desmoldar. Decoramos con frambuesas frescas.