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Científicos estadounidenses tienen malas noticias para los que aman abrazar y apretujar a adorables e indefensos gatitos. El problema de realizar esta aparentemente inocua actividad es que conlleva un riesgo de infección por ‘Bartonella henselae’, una dañina proteobacteria portada por los gatos que puede provocar diversos síntomas en seres humanos

«De acuerdo con los científicos, alrededor del 40% de los gatos son portadores del microbio en diferentes momentos de sus vidas, sin mostrar ningún signo de enfermedad. Cada año alrededor de 24.000 personas enferman con la fiebre por el arañazo de un gato en EE.UU.», parafrasea 360tv el contenido de un reciente informe del Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural de Michigan.

La infección se produce comúnmente como resultado de arañazos o mordeduras por parte del felino, pero las bacterias pueden entrar en el cuerpo humano a través del pelo de la mascota o de su mucosa, por lo que para contagiarse es suficiente frotarse los ojos tras abrazar un gato.

Además de fiebre, las personas infectadas experimentan fatiga, escalofríos, náuseas y vómitos, síntomas que en la mayoría de los casos desaparecen en unas pocas semanas. Sin embargo, en otros casos es necesario tomar antibióticos, y si la infección se complica, órganos como los ojos, el corazón o el cerebro pueden verse seriamente afectados, según indica el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de EE.UU.

 

Fuente: RT

Cuando los ciclistas colombianos viajaron a Francia para competir por primera vez en el Tour en 1984, llevaron consigo un suplemento energético que nunca se había visto en las carreteras galas: la panela.

Ese azúcar mascabado en panes llamó tanto la atención que compañeros de otros equipos –y otras nacionalidades– que viendo que los colombianos escalaban las montañas «como si las estuvieran bajando», comenzaron a pedirles un pedazo de «ese ladrillo» que comían.

Y el uso del azúcar tradicional como un aliado de los ciclistas es sólo una anécdota, pero revela una verdad bien sabida: la alimentación resulta fundamental para los deportistas, sobre todo porque es la fuente de energía para la competencia.

Por eso, a la hora de hacer ejercicio hay que revisar cuál es la mejor forma de nutrirse.

«El error más frecuente es creer que para mejorar físicamente se debe dejar de comer«, le dijo a BBC Mundo el entrenador deportivo Jesús Madrid Mateu, coordinador en Mocri, empresa que también trabaja con deportistas de élite en Fórmula Uno y golf.

«Lo que hay que cambiar es la composición corporal. No se trata sólo de reducir el consumo de calorías, es necesario mejorar la calidad y la cantidad de los alimentos», añadió.

¿Y cuáles son los que deben consumirse antes, durante y después de alguna práctica deportiva?

«Es muy importante la comida antes y depsués del entreno, debe ser de calidad y ajustada al tipo de actividad física», explicó el experto.

Antes del deporte

Para la nutricionista argentina Cynthia Zyngier, especialista en deportes, lo principal es la alimentación previa a la práctica deportiva.

Se estima que una sesión cardiovascular normal en el gimnasio consume alrededor de 900 calorías.

«Lo recomendable es comer hidratos de carbono complejos como pastas, arroz, papa, pan, legumbres unas dos horas antes de la práctica», le dijo Zyngier a BBC Mundo.

La idea es que este tipo de alimentos se digiere rápidamente y le provee al cuerpo la energía necesaria para el movimiento.

Sin embargo, muchas personas no tienen dos horas –especialmente en la mañana– para digerir un plato de pastas o legumbres con arroz.

«A esas personas se le recomienda hidratos de carbonos simples como leche o un yogurt, que se digieren más rápido y son ideales por ejemplo para quienes salen a la mañana a hacer ejercicio», señaló Zyngier.

Digestión lenta

Pero, ¿qué no se debe comer antes de ir al gimnasio a mover el cuerpo?

Sobre todas las cosas, cualquier alimento que mantenga ocupado al estómago.

«Dos cosas claves, no ingerir alimentos con alto contenido graso o de fibra. Por lo general, éstos se demoran cinco o seis horas en ser digeridos», dijo Zyngier.

Si la actividad física dura menos de una hora, lo recomendable es tomar solo agua para la hidratación.

El pan negro, las cáscaras de las frutas o los alimentos considerados integrales hacen parte de este grupo.

«Cuando se está haciendo digestión, la sangre está concentrada en ese proceso y no en el de darle al cuerpo lo necesario para moverse», explicó.

«Esa combinación por lo general produce un malestar gastrointestinal durante el ejercicio», añadió la nutricionista.

Hidratación

Es poco común ver a los deportistas alimentarse en medio de una competencia, aunque en casos de sesiones largas como una carrera ciclística o una maratón se ven casos que van desde la panela de los ciclistas colombianos hasta los bananos que consumen varios atletas.

Sin embargo, a falta de comida los expertos sí recomiendan el agua: la primera máxima del deportista es mantener la buena hidratación.

«Si la actividad no dura más de una hora, lo mejor es tomar entre medio litro y un litro de agua. Nada más», señalan.

«Si ya se prolonga por más tiempo, entonces hay que comenzar a combinar la hidratación con azúcares, que por lo general vienen en las bebidas hidratantes para deportistas», agregó Zyngier.

Y aunque existen varios mitos sobre que hay que esperar para comer después de realizar algún ejercicio, lo cierto es que la nutrición es fundamental para la recuperación física.

«Para evitar quedar en ese estado de cansancio y agotamiento, lo ideal es consumir de nuevo algún tipo de hidrato de carbono como leche chocolatada, pan blanco y también alguna proteína», explica.

«Lo aconsejable es que sea lo más rápido posible después del ejercicio. También es ideal intentar recuperar todo el peso líquido que se perdió durante la competencia o la sesión en el gimnasio».

 

Fuente: BBC

Todos hemos incurrido ocasionalmente en excesos al comer y muchos tenemos malos recuerdos, grabados en la mente, por haber consumido algunas ostras o canapés de camarones en mal estado.
Sin embargo, en líneas generales, hoy en día la seguridad alimentaria en lo que ingerimos es muy elevada.
Y aunque algunos aficionados a las emociones fuertes buscan fugu japonés -o pez globo- arriesgándose a ser una de las numerosas víctimas de su venenosa tetradotoxina, la mayoría de nosotros prefiere una dieta que es mucho más inofensiva.
Sin embargo, tal vez te sorprenda saber que algunos alimentos típicos «conviven» con cosas que pueden ser muy dañinas para nuestra salud.
Hojas peligrosas
Las tartas y mermeladas hechas de tallos de ruibarbo son muy populares en lugares como Suecia, las Islas Británicas y EE.UU.
Las exuberantes plantas tradicionalmente adornan las huertas familiares de hortalizas pero, si bien los tallos son comestibles, sus hojas son extremadamente peligrosas.
En 1919, un doctor en Helen, Montana, EE.UU., escribió a la revista médica Journal of the American Medical Association sobre el caso de una joven mujer que llegó a su consultorio pálida, exhausta y vomitando.
Al parecer había estado embarazada – encontró «todos los productos de la concepción de unas seis semanas de gestación expulsados sobre su ropa de cama»-, pero la placenta no tenía sangre y la sangre que había no se coagulaba.
Horas más tarde murió, sufriendo hemorragias nasales.
Un plato con una tarta
La preparación de alimentos es crucial para evitar consecuencias que, en algunos casos, pueden ser fatales.
La noche anterior, la mujer había hecho tallos y hojas de ruibarbo para la cena y se había comido la mayoría de las hojas. El marido había comido solo unas pocas y, aunque se sentía débil, no murió.
Los editores de la revista le respondieron al doctor señalándole que estaba probablemente en lo cierto al pensar que la esposa se había intoxicado con las hojas, muy posiblemente a causa de una sustancia llamada ácido oxálico.
«Se han reportado una cantidad de muertes por el consumo de hojas de ruibarbo», señalaron en la correspondencia.
«Durante la guerra, en Inglaterra se recomendó el uso de las hojas como alimento sustitutivo. Cuando se hicieron evidentes los peligros de intoxicaciones fatales (debido a que ocurrieron varias muertes), se emitieron advertencias en contra de su consumo».
En realidad el ácido oxálico está presente también en los tallos, pero su cantidad es mucho mayor en las hojas.
La sustancia provoca insuficiencia renal y, aunque tendrías que comerte una muy abundante porción de hojas para morir, lo mejor es evitarlas.
El ruibarbo incluso se encuentra en los Jardines Venenosos de Ainwick, Inglaterra, donde muchas plantas peligrosas y mortales se cultivan como parte de una macabra atracción turística.
Papa verde
Otro caso peculiar es el de la humilde papa que, normalmente, no debe ser una fuente de preocupación.
Sin embargo, cuando es almacenada bajo luz solar, las reacciones químicas en su superficie la hacen ponerse verde, por la clorofila, cuando está lista para echar brotes.
Al mismo tiempo, también se produce una sustancia, solanina, que debe su nombre a la mortífera hierba mora (Solanum nigrum), o tomatito del diablo.
Papas con las raíces que empiezan a salir
Cuando las raíces comienzan a salirles a las papas y se ponen verdes los niveles de la toxina solanina son altos.
Y es que resulta ser que las patatas son primas de la hierba mora, como lo son los tomates y las berenjenas.
Las papas verdes ricas en la tóxica solanina pueden producir algunos efectos desagradables.
Un caso ocurrió en el otoño de 1978 cuando 78 colegiales del sur de Londres cayeron con diarrea, vómitos y otros síntomas después de comer papas hervidas.
La investigación posterior mostró que los tubérculos se habían quedado en los almacenes de la escuela desde el verano y un análisis de sus pieles reveló que estaban repletos de solanina.
Todos terminaron recuperándose «aunque algunos se sintieron confundidos y sufrieron alucinaciones por varios días», señaló un artículo de la revista médica British Medical Journal.
La publicación agregó que antes se habían reportado casos de muertes por consumo de papas verdes, aunque principalmente en personas desnutridas que no había recibido atención médica lo suficientemente rápido.
Una persona vomitando
Comer papas que ya se han puesto verdes puede provocar vómitos y otros síntomas indeseables.
La solanina parece interferir con el sistema nervioso, impidiendo el funcionamiento normal de los canales de iones en las células.
Eso puede explicar por qué algunos de los niños intoxicados mostraron extrañas convulsiones antes de recuperarse.
Por cierto que los tallos y hojas de la papa también deben evitarse, porque también contienen solanina.
Bayas de cuidado
El vino del saúco es una bebida fina y romántica, pero asegúrate -si lo estás preparando tú mismo- de que el romance no se extienda a incluir las hojas de las plantas en tu tintura.
Casi todas las partes del árbol de baya del saúco contienen cianuro de hidrógeno o sus precursores, incluyendo las hojas y bayas verdes.
Aunque la cocción destruye las moléculas perjudiciales, preparar los frutos sin la debida precaución a veces tiene malas consecuencias.
Bayas de saúco
Las bayas de saúco deben cocinarse para eliminar las toxinas peligrosas.
En 1983, un informe publicado por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) se refirió a un caso en el que ochos personas fueron trasladadas por helicóptero a un hospital de Monterey, California, desde un lugar remoto donde hacían un retiro «religioso/filosófico».
El día que llegaron al retiro alguien trajo un jugo hecho de bayas del saúco silvestres, recogidas de un lugar cercano.
Los frutos habían sido triturados y mezclados con jugo de manzana, agua y azúcar, pero al parecer no habían sido calentados.
Menos de 15 minutos después, quienes lo consumieron comenzaron a vomitar y la persona que bebió más jugo tuvo que pasar la noche en el hospital. Al final, afortunadamente todos se recuperaron.
Cuando te sientes en la mesa, puedes dar gracias a las modernas medidas de seguridad alimentarias que hoy eliminan la mayoría de los riesgos de adivinar lo que produce envenenamiento.
Ese bocado de papa, o trozo de tarta de extracto de baya o de ruibarbo debería ser delicioso, no letal, si ha sido almacenado y cocinado apropiadamente.
Sin embargo, quizás puedes sentir un escalofrío de emoción -como tal vez lo experimentan los consumidores de fugu- cuando pienses en los peligros que te están acechando cerca.
Fuente: Ecuavisa

Una baja autoestima puede generar problemas de pareja, laborales, interpersonales y familiares y, por lo tanto, provocar ansiedad, depresión y desmotivación.

Tener baja autoestima te impide funcionar como tú quisieras y conseguir los resultados que deseas en tu vida.

Aunque todos podemos tener baja autoestima en ciertos momentos de nuestra vida, cuando esto se convierte en algo constante o, incluso, muy intenso, definitivamente, debemos atenderlo, ya que, de lo contrario, caemos en un círculo vicioso de sentirnos mal y, sin darnos cuenta, vamos creando más problemas en nuestras vidas.

Este test de autoestima está diseñado para ayudarte a identificar el nivel de tu amor propio. Está basado en ciertos pensamientos, emociones y actitudes que suelen estar presentes en las personas que sufren baja autoestima. Este test debe tomarse como un primer sondeo y NO como un diagnóstico.

Si crees tener baja autoestima, es recomendable acudir a donde un terapeuta calificado para obtener un diagnóstico, y realizar un tratamiento adecuado para fortalecer la autoestima.

Recuerda que la autoestima puede fortalecerse, así que, si la tienes un poco baja, simplemente se trata de hacer el trabajo adecuado para levantarla y poder funcionar mejor en muchas áreas de tu vida.

 

  1. Tengo hábitos que me disgustan, pero no logro eliminarlos.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

  1. Me incomoda que los demás sepan cosas de mí.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

  1. Las críticas me duelen o me enojan.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

  1. Pongo las necesidades de otros por encima de las mías.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

  1. Siento celos.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

  1. Me comparo con los demás constantemente.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

  1. Suelo sentirme triste y preocupada.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

  1. Evito situaciones en las que temo sentirme rechazada.

Nunca.

Poco.

A veces.

Mucho.

Siempre.

 

Puntaje:

Nunca = 0.

Poco = 1.

A veces = 2.

Mucho = 3.

Siempre = 4.

 

Resultados:

De 0 a 8 puntos = autoestima alta.

De 9 a 16 puntos = autoestima buena.

De 17 a 24 puntos = autoestima algo baja.

De 25 a 32 puntos = autoestima muy baja.

 

Análisis de cada resultado:

  1. Autoestima alta:

La puntuación de tu prueba indica que eres una persona que sabe enfrentar retos y salir adelante. Estás abierta a las críticas, tomando de ellas lo que te sirve y dejando pasar lo que no, sin que esto te afecte. Probablemente, estás a gusto contigo, y cuando hay algo que no te acomoda, haces algo al respecto.

Con seguridad, te manejas bien en tu entorno social y laboral. Definitivamente estás teniendo la actitud adecuada hacia ti misma. Lo más importante en tu caso es que cultives esta actitud para que sea fuerte y estable en todas las situaciones de la vida.

Aun cuando tu nivel de autoestima es muy bueno, quisiéramos recomendarte que no des por hecho que esta será siempre así de sana, porque la autoestima no es algo que tenemos fijo, sino algo que se genera constantemente y, por lo tanto, cambia. Las condiciones de la vida influyen mucho en ella y es normal que pueda subir o bajar con diferentes circunstancias.

  1. Autoestima buena:

Tu nivel de puntuación habla de un nivel bueno de autoestima. Tienes muchas capacidades frente a los retos y frente a las situaciones sociales de la vida. Has aprendido a manejar una buena actitud frente a ti mismo, lo cual es base para un mayor desarrollo y éxito en tus diferentes actividades.

Sin embargo, existen algunas áreas de tu fuerza emocional que no están en el nivel más desarrollado y, aunque no te causan problema y es normal que las tengas, vale mucho la pena saber qué hacer con ellas y estar preparado para manejarlas de la manera adecuada para, así, evitar que te causen alguna situación problemática que pueda afectar tu buen nivel de autoestima.

Por eso creemos importante recomendarte que te asegures de que tu autoestima la tienes basada en los aspectos profundos de tu personalidad y que no es volátil ni inestable. Esto lo puedes hacer preguntándote qué pasaría si cambiaran algunas de las situaciones que tienes en la vida y perdieras algunas de las circunstancias a tu alrededor que te hacen sentir bien frente a los demás y frente a ti mismo. Sé muy honesta en este sentido para descubrir si tu autoestima se ha construido en los aspectos profundos de tu psicología o en los superficiales y cambiantes (como pudieran ser la belleza física, la inteligencia, la simpatía social o la situación económica).

  1. Autoestima algo baja:

La autoestima determina dos aspectos muy importantes de nuestra vida: primero, la manera en la que vemos la vida, y segundo, la manera en la que actuamos en la vida. Por eso es que resulta muy importante que trabajes en tu autoestima porque, seguramente, muchos de los resultados y de las dificultades que puedes tener se deben al nivel de tu autoestima. Por supuesto basta con trabajar en ella para que tu vida se vuelva mucho más plena y satisfactoria en todos sentidos.

La autoestima no es algo fijo, sea que una persona la tenga alta o baja, su situación puede cambiar y su autoestima también. Por eso es muy importante saber cómo manejarla, porque la vida tiene cambios constantemente y hay que saber cómo hacer para siempre estar generando un buen nivel de confianza personal y, así, tener siempre los mejores resultados de nuestra situación de vida.

En casos como el tuyo es fundamental que conozcas algunas de las cosas que hacen crecer y decrecer la autoestima para que sepas cómo manejarlas. Tu autoestima no tiene por qué ser baja ni mucho menos por qué quedarse en un nivel bajo porque, como decíamos, la autoestima no es algo que tenemos de fijo, sino que se genera constantemente y, por lo tanto, cambia. Los resultados de tu prueba muestran que tú puedes transformar con bastante facilidad tu autoestima y hacerla crecer si te dedicas a trabajarla un poco.

4.- Autoestima muy baja:

Es primordial que sepas que hay dos maneras básicas de desarrollar autoestima, y que una es más conveniente que la otra. No todas las recomendaciones para tener autoestima te funcionarán adecuadamente. Esto es lo que sucede: de las dos formas de aumentar la autoestima, hay una que provoca un nivel muy estable de seguridad personal frente a las diversas problemáticas de la vida. Cuando usamos este método, nuestra autoestima será firme a pesar de los cambios que la vida tiene y que suelen afectar nuestra autoconfianza (como pueden ser los cambios de nuestra imagen corporal -digamos el mismo envejecimiento de la vida, por ejemplo-, los cambios de nuestra situación económica, de la edad, etc.). Por supuesto, esta es la manera más recomendable de desarrollar autoestima.

Lo riesgoso es que no es fácil distinguirla de la segunda manera de desarrollar autoestima, que no es estable y nos hace dependientes de ciertas circunstancias para sentirnos bien con nosotras mismas. Por eso creemos importante recomendarte que te asegures de que tu desarrollo de autoestima se base en los aspectos profundos de tu personalidad y no en circunstancias volátiles e inestables (como pudieran ser la belleza física, la inteligencia, la simpatía social o la situación económica).

Puedes ingresar a www.misuperacionpersonal.com y contestar una versión más extensa del cuestionario.

 

Fuente: Revista Mariela |n° de edición 93

El hábito de picar alimentos poco saludables después de cenar es muy común. La plataforma de salud Massive Health estudió hace unos años las costumbres nutricionales que seguían los usuarios de su aplicación Eatery. El revelador gráfico que representa sus conclusiones no da lugar a equívocos: la dieta es menos saludable a medida que avanza el día y el consumo de alimentos dulces aumenta a partir de las 20h. ¿Por qué?

Son tres las razones fundamentales que causan ese antojo nocturno que, lejos de ser inofensivo, puede estar boicoteando tanto tu dieta como tu descanso. Tomar ciertos alimentos antes de ir a dormir puede afectar al sueño y a tu salud. El primero de los factores que intervienen y frente al que, realmente, poco se puede hacer es el ciclo circadiano, el horario que regula el funcionamiento del organismo a lo largo del día. Se ha demostrado que este reloj interno influye directamente en las ganas de comer, aumentándolas durante las últimas horas de la jornada, independientemente de lo que se haya consumido durante el día.

Al aumento del hambre, se suma el hecho de que la fuerza de voluntad disminuye con el cansancio, como prueba esta investigación entre la relación de la falta de sueño y el autocontrol. Aunque durante las horas previas hayas logrado ceñirte a tu plan fitness, al final del día, cuando estás cansada, la firme meta de lucir bikini mejor que nunca comienza a deshacerse al pensar en el delicioso bol de helado; tu conciencia parece haber desaparecido y terminas por caer en la tentación. En este caso, sí puedes aprender a controlar la causa del antojo nocturno, al igual que puedes tener cierto poder sobre el tercero de los motivos: el hambre emocional.

Sentirse estresada, triste o sola puede desencadenar el llamado ‘Síndrome del apetito emocional’, un problema que sufre hasta el 70% de la población. Estos u otros sentimientos  provocan, en ciertas personas, el deseo de comer un alimento en concreto, de forma inmediata y aunque no tengan la necesidad física real de comer. Identificar qué situaciones o qué sentimientos llevan a este apetito irracional es fundamental para controlarlo y evitar que el antojo se convierta en un atracón.

CÓMO CENAR PARA EVITAR EL PICOTEO NOCTURNO

Cenar solo un yogur o fruta no te saciará y te hará tener hambre más tarde. Los dietistas recomiendan que la cena aporte entre el 15 y el 25% de las calorías diarias y que siempre incluya proteínas. María Teresa Hernández, nutricionista del nuevo centro de salud y estética Kirenia, nos da algunas pautas saludables para crear una cena completa que ayude a no caer en las tentaciones después.

– Cenar una ensalada en la que predominen verduras porque «nos va a saciar más por el volumen y la cantidad de fibra».

– Tomar proteínas blancas: pollo, pavo, conejo, pescados blancos, calamares, jibia, rejos, huevos, quesos desgrasados o, en su defecto, yogur natural edulcorado.

– Incluir alimentos que aporten dulzor: «Todos los necesitamos y el tenerlos en nuestra comida nos hace instintivamente necesitarlos menos». ¿Cómo incluir dulce en una ensalada? «En forma de arándanos, pasas o verduras como la calabaza».

– Añadir semillas por su alta capacidad saciante.

– Comer fruta de postre: «Es un mito que estas no se puedan comer después de la cena, pero siempre tenemos que atender a las necesidades individuales».

– Beber suficiente agua durante la cena porque, a veces, se confunde el hambre con la sed.

– Preparar la mesa y comer con consciencia: «Deberíamos hacer cenas más conscientes y largas, programando nuestra cena como un evento especial, cenando sin tv, ni móviles o cosas que te distraigan, poniendo una bonita mesa, masticando más despacio…».

Y… ¿DESPUÉS DE CENAR?

Aquí llega el momento crítico, una vez terminada la cena y recogida la mesa. ¿Cómo evitar la tentación de dulce? «Podemos tomar chocolate negro sin azúcares añadidos», recomienda la nutricionista de Kirenia. También da un truco muy práctico: «Lavarnos los dientes al terminar porque así, si luego volvemos a tomar algo, tendríamos que volver a lavarnos». Y esto supondría un pequeño impedimento al instinto de picar. La doctora Blanca Martínez de Morentin, experta en nutrición de la Universidad de Navarra, añade otras recomendaciones efectivas para evitar el picoteo nocturno.

1. Cambia tus hábitos post cena: Es posible que el antojo se haya convertido ya en una costumbre y que tu mente relacione cierta actividad habitual con la acción de comer algo. Sustituye esos hábitos por otros más saludables, como dar un paseo, o relajantes, como leer, escuchar música o practicar yoga.

2. Aplica el método Feng Shui en tu cocina: no tengas a mano carbohidratos y bebidas azucaradas. Guarda las galletas, las patatas fritas y los alimentos que no quieras comer en un armario alto, al que te cueste cierto esfuerzo acceder. Ser una persona ordenada puede ayudarte a no engordar.

3. Guarda aperitivos saludables en casa: una manzana, un yogur con semillas de lino o chía, un puñado de nueces… Otra buena opción es tomar una infusión relajante que, además de quitarte el antojo, te ayudará a descansar.

4. Plantéate cuál es la razón por la que necesitas comer ese alimento en concreto. Si consideras que es porque, sencillamente, te apetece, sin ningún vínculo con que te sientas cansada, triste y estresada, tómalo, aunque siempre con tranquilidad y mesura.

Este último punto, pararte a pensar cómo te sientes y por qué, es la estrategia que emplea el coaching nutricional, tal y como explica Maria Teresa Hernández: «Muchas veces nos entra una sensación de hambre que no es física; es gula o ganas de ‘comer por comer’. Existen estrategias que ayudan a identificar esos estados y a plantear otras formas de superar el acto impulsivo, basadas en el autoconocimiento y en ser conscientes de lo que queremos». Para terminar sus consejos, Hernández recuerda algo que siempre deberías tener presente: «la alimentación no es ni un premio ni un castigo, sino una forma de cuidarnos y de relacionarnos con nosotros mismos».

Fuente: glamour

Alejandra Guzmán regresa a los escenarios después de los problemas de salud que le acarreó un tratamiento estético, mismo que de no atenderse a tiempo le pudo provocar la muerte.

La intérprete compartió un video en Instagram en el que anuncia su regreso, y el sitio elegido fue el palenque de Puebla, del que también compartió algunos momentos, donde se ve al público corear junto con ella sus más grandes éxitos.

La Guzmán se sometió a 22 cirugías para revertir el daño por la sustancia infiltrada, misma que le estaba causando la muerte de tejidos.

Fuente: La botana

Julián Ríos Cantú, estudiante mexicano, ganó el concurso Global Student Entrepreneur Awards (GSEA), en Alemania, por el diseño de un brasier que permite detectar el cáncer de mama.

El proyecto que presentó Ríos Cantú fue un brasier de biosensores llamado EVA, respaldado por su empresa Higia Technologies, fundada con otro compañero, ubicada en el estado de Nuevo León.

El joven se inspiró a crear el brasier que a través de sensores puede ayudar en la detección temprana del cáncer de mama, debido a que su madre sufrió la amputación de los dos senos y estuvo a punto de perder la vida.

Ríos Cantú comenzó a diseñar el brasier, hace cuatro años junto con cuatro compañeros.  El chico empezó a desarrollar una solución que pudiera ser más certera que la autoexploración y menos agresiva y dolorosa que las mamografías que se practican actualmente que, de acuerdo con la National Breast Cancer Foundation y un estudio publicado en el British Medical Journal, por su radiación y la compresión de los senos pueden provocar la propagación de células cancerígenas a otras partes del cuerpo.

A través Higia Technologies, Julián desarrolló Eva, integrado por al menos 200 pequeños biosensores que pueden realizar un mapa de la superficie del seno y determinar, por ejemplo, la conductividad térmica por zonas.

Cuando mayor calor detecta en ciertas áreas, significa que hay mayor flujo de sangre, lo que indica que existe algo que se está alimentado de esos vasos sanguíneos y que generalmente se trata de algún tipo de cáncer.

Para poder realizar el análisis, las pacientes necesitarían utilizar EVA entre 60 y 90 minutos a la semana.

Ríos Cantú ya había ganado anteriormente la primera edición del premio Everis México para emprendedores, gracias al cual tendrá un millón de pesos (USD 52.631) para terminar de desarrollar su proyecto. Con el premio ganado en Alemania tendrá otros USD 20.000 adicionales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cáncer de mama es el más común entre las mujeres en todo el mundo. “Se estima que en 2004 murieron 519 000 mujeres por cáncer de mama”.

Fuente: metroecuador

Es común para los estudiantes de escuela secundaria o universitarios que después de pasar un tiempo preparando una actividad o estudiando para un examen, de repente sientan que tienen mucha hambre.

Científicos especularon que ciertas actividades mentales intensas consumen toda la energía que se almacena en el cerebro, que posee una capacidad limitada de almacenamiento energético. Es por eso que el cerebro siente que pronto necesitará más calorías para poder continuar con la tarea y genera hambre. De esta manera, se ingieren alimentos, aún sin haberse movido o haber tenido poco gasto calórico. Según algunos expertos, este proceso es lo que podría explicar el aumento de peso de estudiantes, combinado con otros factores, como los alimentos que consumen.

En este sentido, científicos de la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB) investigaron el efecto de este tipo de atracones en el cuerpo y cómo solucionarlo. Para evaluarlo, los investigadores estudiaron el estado físico y el metabolismo de 38 estudiantes universitarios y les preguntaron cuál era el tipo de pizza que más les gustaba. Luego les permitieron sentarse tranquilamente durante 35 minutos -sin realizar ningún tipo de actividad mental como leer o conversar- y tuvieron la oportunidad de comer toda la cantidad que quisieran de su pizza favorita.

Otro día, les pidieron a los participantes que resolvieran un examen de nivel de posgrado en 20 minutos. Gary Hunter, fisiólogo del ejercicio en la UAB y coautor del estudio publicado en la revista especializada Medicine & Science in Sports & Exercise, dijo que esta práctica ya se ha utilizado en otros estudios para «provocar fatiga mental y hambre». En ese momento el grupo fue dividido en dos: después del examen, un grupo debió descansar durante 15 minutos y el otro realizar una actividad intensa en una cinta caminadora. Según Hunter, ese es el tipo de rutina intensa y breve que debería propiciar la liberación de azúcar y lactato en el flujo sanguíneo.

En el estudio, se pidió a los participantes que comieran pizza luego de haberse esforzado mentalmente (iStock)
En el estudio, se pidió a los participantes que comieran pizza luego de haberse esforzado mentalmente (iStock)

¿Qué significa eso? Según explicó Hunter, la actividad extenuante incrementa la cantidad de azúcar y de ácido láctico (producto de las contracciones musculares intensas) en la sangre y aumenta el flujo sanguíneo a la cabeza. Como estos dos componentes son el «combustible» del cerebro, el interrogante de los científicos era si un flujo sanguíneo mayor provocado por el ejercicio podría alimentar al cerebro reduciendo la posibilidad de comer de más.

A la hora de evaluar resultados, descubrieron que aquellos que habían tomado el examen y descansaron durante 15 minutos comieron un promedio de 100 calorías más que el otro grupo, lo que refuerza estudios previos que sugieren que hacer trabajar al cerebro gasta energía y provoca sentimientos de hambre. Los participantes que se ejercitaron después del examen, por otro lado, consumieron 25 calorías menos que cuando simplemente se relajaron durante 35 minutos y luego comieron.

Cuando calcularon también las calorías que gastaron en la sesión de ejercicios, determinaron que el primer grupo consumió 200 calorías menos en total después de las sesiones de ejercicios mentales que los estudiantes que estuvieron en reposo. Todo indicaría que el ejercicio es la respuesta al problema de los atracones.

El ejercicio es la mejor forma de dar “combustible” al cerebro para realizar esfuerzos mentales (iStock)
El ejercicio es la mejor forma de dar “combustible” al cerebro para realizar esfuerzos mentales (iStock)

«El ambiente de trabajo moderno es altamente sedentario y cognitivamente exigente», dijo el doctor William Neumeier, autor principal del estudio. «Estudios anteriores han demostrado que las tareas mentales exigentes, tales como una gran prueba, plazos de entrega u otras tareas mentalmente extenuantes que realizamos todos los días, afectan las demandas de energía del cerebro, y aumentan la ingesta de alimentos. En este estudio, exploramos cómo la glucosa y el lactato producido a través del ejercicio podrían servir como una forma de proporcionar energía adicional para la función cerebral, en lugar de consumo de alimento».

Y agregó: «Una posible explicación es que el efecto del ejercicio sobre el hambre y las hormonas de saciedad pueden disminuir la ingesta de energía después de actividades que estimulan el apetito. Nuestros hallazgos corroboran los hallazgos de otros grupos de investigación y se basan en ellos al ser los primeros en reportar una diferencia estadísticamente significativa en la ingesta energética entre los participantes que completan el trabajo mental y una comida, o el trabajo mental y el ejercicio luego una comida».

El estudio tiene sus limitaciones: en primer lugar, que está basada sólo en el almuerzo, que no se probaron con otros tipos de ejercicio físico y que los investigadores no tuvieron un control exhaustivo de las comidas previas al estudio de los participantes. Sin embargo, confían que el hallazgo es importante para aquellos que con actividades mentales demandantes sienten que necesitan comer inmediatamente, amenanzando su salud, su peso y su estado físico. Si bien es importante mantener una dieta balanceada, el ejercicio parece ser la respuesta para quienes padecen la época de exámenes o el picoteo de oficina.

Fuente: Infobae

Que no tienes tiempo para hacer ejercicio debido a tu trabajo es una excusa que está dejando de ser válida. Existen maneras de mantenerte activo/a en tu oficina y no perderte de los beneficios del ejercicio. No dejes de leer para que pongas en práctica el movimiento en tu lugar de trabajo.

Luciana siempre fue deportista, pero desde que empezó a trabajar como asistente en una oficina de Relaciones Públicas hace 3 años, el ejercicio se ha vuelto cosa del pasado. Para ella, los días de trabajo son largos y las horas, muchas veces impredecibles. Por eso, dice que no tiene tiempo para hacer ejercicio.

Muchas personas como Luciana quieren hacer ejercicio pero tienen trabajos que les consumen el día entero. Para cuando llegan a sus casas, lo único que quieren hacer es irse a dormir. ¿Cómo puedes hacer para incorporar la actividad física con esos horarios de trabajo tan estrictos? La respuesta es sencilla: haciendo ejercicio en tu oficina.

¿Cómo? Te preguntarás.  Aquí te doy algunas ideas para que tus días de trabajo sean productivos en todo sentido. También para tu salud.

1.  Si puedes, camina al trabajo o ve en bicicleta. Si tomas el camión o bus, bájate unas cuadras antes para caminar el resto. Si tu oficina es en un piso alto, sube las escaleras. Si vas en carro, auto o coche, estaciónalo lejos de la entrada.

2.  Busca oportunidades para estar de pie: de esa manera se queman más calorías que sentado/a en la silla. Por ejemplo, contesta tus llamadas de pie, quédate parado/a durante una reunión, no te sientes para tomar tu café, etc.

3.  Reemplaza tu silla por una pelota de ejercicio. Esto te ayudará a fortalecer tus músculos centrales.

4.  Sentado/a en tu silla, levanta una pierna, extiéndela y cuenta 3 segundos. Luego baja el pie sin tocar el piso y sostenlo por varios segundos. Repite con la otra pierna y haz 15 veces con cada una.

5.  Haz sentadillas con una pierna (o con las dos) mientras esperas a que salgan tus fotocopias o el fax que te mandaron.

6.  Mantén unas pesas pequeñas o bandas de estiramiento en el cajón de tu escritorio. Así puedes tomarte descansos y trabajar tus bíceps, por ejemplo, entre una llamada y otra; o mientras esperas para una reunión.

7.  Si te da sed, levántate a buscar el agua, el té o lo que tomes. Es mejor hacer varios viajes a la cocina de la oficina durante el día, que tener todo a la mano. De esa forma podrás caminar.

8.  Si tu escritorio es sólido y fuerte como para soportar tu peso, puedes hacer lagartijas (push ups) para fortalecer tus brazos. De pie, pon tus manos sobre el escritorio. Aleja tus piernas para que quedes con una inclinación de 45 grados sobre el escritorio y haz 15 repeticiones.

9.  Para descargar y liberar la tensión puedes hacer ejercicios de estiramiento: levanta tus brazos por encima de tu cabeza como si quisieras tocar el cielo. Sostén por al menos 10 segundos.

10.  Para estirar y relajar tu cuello, inclina tu cabeza de manera que tu oreja casi toque el hombro. Luego, con tu mano presiona suavemente la cabeza hacia el hombro. Repite con cada lado.

11.  Para estirar la parte posterior de tu muslo y tu espalda, aleja tu silla del escritorio y pon el pie sobre el, de manera que la pierna quede estirada. Inclínate hacia la pierna hasta que sientas un estiramiento en la parte de atrás de ésta. Repite con la otra pierna.

12.  Camina durante tu hora de almuerzo y ¡sube las escaleras!

Con estos ejercicios no vas a ser un/a deportista estrella, pero sí lograrás algo, que es mejor que nada. Recuerda que la recomendación es hacer al menos 30 minutos de ejercicio diario. Piénsalo: media hora al día en medio de tu horario de trabajo (por más enloquecedor que sea), no es nada. Y en cambio puede ser una pausa que te dará un respiro para poder seguir siendo productivo/a.

No hay más excusas: ¡haz ejercicio mientras trabajas!

 

Fuente: Vida y Salud

Ya en plena primavera, acercándonos al verano, llega el buen tiempo y el calor. Esto nos aporta muchas ventajas, como poder relajarse en la playa o en la piscina mientras tomamos el sol y nos ponemos morenos -siempre protegiéndonos adecuadamente-. Sin embargo, el buen tiempo tiene también sus lados negativos, como la proliferación de todo tipo de insectos que no sólo arruinan nuestra comilona en el campo, también entran en nuestras casas.

Una de las especies de insectos que más proliferan en estas épocas, buscando cobijo en las zonas oscuras y húmedas de nuestra casa, son las cucarachas. Esta familia de insectos, de la que se conocen más de 4.500 especies, son el terror de muchos hombres y mujeres que se quedan bloqueados ante la aparición de uno de estos ejemplares en sus casas. Por suerte, existen gran cantidad de formas de evitar esta peliaguda situación.

Es curioso cómo estos insectos, capaces de soportar dosis muy altas de radioactividad, salen corriendo a la mínima señal de aroma de menta. No dudes en probar este pequeño truco.

Fuente: No solo Manga