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Un viejo amigo de Bieber no la está pasando nada bien.

Justin Bieber vuelve a estar en el radar, pero no precisamente por su relación con Selena Gomez o su música.

Esto no le va a gustar al cantante. Distintos reportes han señalado que OG Mally, el mono que Justin tuvo hace algunos años y del cual fue separado en 2013, no logra adaptarse a su nueva vida en el zoológico.

De acuerdo con babe, los oficiales del zoológico que lo alberga indican que OG sigue presentando problemas para adaptarse. Asta Knoth, representante del lugar, señaló que «tiene problemas para hablar el lenguaje de su especie». «(Mally) aún trata de imitar el lenguaje humano. A veces hace ruidos extraños, lo cual no es normal en el mono capuchino. Pensamos que es porque intenta hablar con los humanos».

En 2013, reportó People, Bieber no pudo mostrar los papeles indicados para mantener a su lado a OG Mally, esto durante una presentación a Alemania. Ante las circunstancias el mono fue puesto en custodia y entrega a un zoológico en ese país.

Fuente: E News!

Después del atentado terrorista que mató a 22 personas e hirió a más de 50 personas en su espectáculo en Manchester, en Inglaterra, Ariana Grande regresó a su casa, ubicada en Boca Ratón, Florida, donde fue recibida por familiares y su novio, Mac Miller.

La cantante desembarcó en la ciudad con la apariencia abatida y con los ojos enrojecidos en su regreso a Estados Unidos. Según el Daily Mail, policías fueron vistos cercando los alrededores de la residencia de Ariana a menos de 24 horas después de la tragedia.

Las futuras presentaciones de Ariana siguen siendo inciertas. A pesar de que TMZ había divulgado más temprano que la estrella habría cancelado su gira por Europa, fuentes dijeron a Entertainment Weekly y a Billboard que no se ha resuelto nada sobre los próximos conciertos:

Hasta ahora, la gira no ha sido cancelada oficialmente.

 

 

Fuente: La Botana

Para muchos el lunes el peor día de la semana: retomar las obligaciones puede ser en parte el culpable de este malestar, pero no el único. El tercer lunes de enero fue catalogado como el día más triste del año o «Blue Monday».

En 2005, el psicólogo Cliff Arnall llegó a esta conclusión a partir de una investigación realizada a partir de la solicitud de la agencia de viajes Sky Travel, para promocionar la mejor época del año para irse de vacaciones. Con el tiempo, el eslogan publicitario se convirtió en un evento mundialmente conocido.

La ecuación desarrollada por el especialista de la Universidad de Cardiff, en Gales, tiene en cuenta diversos factores como el clima, las deudas y los propósitos de año nuevo.

La fórmula 1/8C+(D-d) 3/8xTI MxNA hallada indica que: «C» es el factor climático; «D» las deudas adquiridas durante las fiestas; «d» el dinero que se cobrará a finales de enero, «T» es el tiempo transcurrido desde la Navidad; «I» hace referencia al periodo desde el último intento fallido de dejar un mal hábito como puede ser dejar de fumar, o realizar actividad física, o comenzar un nuevo desafío; «M» las motivaciones que quedan; y por útlimo, «NA» es la necesidad de actuar para cambiar la vida.

Para Arnall, en el 2017 estos indicadores se potencian por el contexto. «Factores depresivos estacionales se unen a este día, y preocupaciones adicionales hacen que el Blue Monday del 2017 sea todavía más deprimente que otros años. Trump y el Brexit causan incertidumbre e incrementan los temores de la gente. Y la muerte de tantas celebridades, muchos en sus 50 y 60 años de edad, también han preocupado a la gente recordando su propia mortalidad», explicó el especialista al diario británico The Telegraph.

Por otra parte, la teoría desarrollada por el especialista en ‘felicidad’-como se define en su cuenta de Twitter- no tiene base científica pero se ha extendido por el mundo.  Y ahora Arnall busca revertir esta fecha con frases motivadoras bajo el hashtag #stopmonday.

Como estadounidense, me inculcaron desde pequeño la importancia de estar feliz. O, al menos, de pretender estarlo.

Es una forma de pensar que representa el emoticon feliz -del que dicen que fue inventado en Estados Unidos en 1963- y también expresiones vacías como «tenga un buen día».

En Portugal nadie te dice que tengas un buen día. A nadie le importa si tienes un buen día porque lo más probable es nadie lo tenga.

Si le preguntas a un portugués qué tal está, la respuesta más entusiasta que puedes esperar es mais ou menos (más o menos).

Es difícil no darse cuenta de la la cultura melancólica de Portugal. La ves impregnada en las expresiones de la gente e incluso en las estatuas de las plazas de poetas taciturnos de Lisboa.

Portugal es un país triste y ocupa el puesto 93 de la lista de 157 países (justo detrás de Líbano) según el último Informe Mundial de la Felicidad de Naciones Unidas.

Pero no sientan pena por los portugueses. Ellos están contentos con su descontento y, de una forma extraña pero inspiradora, lo disfrutan de verdad.

Es fácil asumir que los portugueses son masoquistas, pero cuando uno pasa tiempo en ese país enseguida se da cuenta de que tienen mucho que enseñarnos sobre la belleza escondida e incluso el placer de la tristeza.

Nostalgia placentera

La «tristeza alegre» de los portugueses se resume en una sola palabra: saudade.

Vista de Lisboa desde Cacilhas

No existe en ningún otro idioma y es intraducible; cada portugués que conocí me lo aseguró, antes de explicarme su significado.

Saudade es un anhelo doloroso hacia una persona, lugar o experiencia que una vez nos causó alegría.

Es similar a la nostalgia pero, a diferencia de ella, uno puede sentir saudade por algo que nunca sucedió y que, probablemente, nunca lo hará.

La esencia de saudade es un sentido de ausencia, una pérdida.

Saudade, escribe la académica Aubrey Bell en su libro «In Portugal» (En Portugal), es «un deseo vago y constante de algo que no sea el momento presente».

Es posible sentir saudade por cualquier cosa, me cuenta el escritor Jose Prata mientras almorzamos en el bullicioso mercado de Cais do Sodre, en Lisboa.

«Incluso puedes sentir saudade por una gallina, pero tiene que ser la gallina adecuada».

Jose Prata, escritor

Lo que hace a la saudade tolerable e incluso agradable es que es «un sentimiento muy fácil de compartir», explica Prata.

Un día, mientras me tomaba un espresso en la plaza Luis de Camoes, en el centro de Lisboa, conocí a Mariana Miranda, una psicóloga clínica. La persona perfecta, pensé, para explicarme la tristeza alegre de Portugal.

La tristeza es una parte importante de la vida, me contó, añadiendo que no entendía por qué la gente intenta evitarla.

«Quiero sentirlo todo de todas las maneras posibles. ¿Por qué pintar con un solo color?»

Al ignorar la tristeza, me dijo, nos limitamos a nosotros mismos. «Hay mucha belleza en la tristeza».

Otro día conocí a un inspector de policía llamado Romeu. Me dijo que tenía días felices y días tristes y que los recibía a ambos de la misma forma.

Una estatua en Portugal
Hasta las estatuas parecen tristes en Portugal.

Cuando te enfrentas a un portugués infeliz, explicó Romeu, lo peor que puedes hacer es intentar animarlo.

«Estás triste y quieres estar triste. Estás en la oficina y la gente trata animarte y uno piensa: ‘No me hagan estar alegre. Hoy es mi día de tristeza placentera'».

Los beneficios de la tristeza

Muchos estudios sugieren que los portugueses están en lo cierto.

Una investigación publicada en 2008 por la revista especializada Journal of Experimental Social Psychology encontró que la tristeza incrementa la memoria.

En los días grises y lluviosos la gente retiene detalles de forma más vívida que en días soleados, dice el psicólogo australiano Joseph Forgas.

Otro estudio afirma que la tristeza facilita la toma de decisiones.

Incluso la música triste tiene sus beneficios.

Plaza de Camoes
La plaza de Camoes está dedicada a uno de los grandes poetas portugueses, quien escribió con frecuencia del «saudade».

Investigadores de la Universidad Libre de Berlín, en Alemania, entrevistaron a 772 personas en todo el mundo y descubrieron que la música triste «puede tener efectos emocionales positivos».

Los autores del estudio, Stefan Koelsch y Liila Taruffi, creen que le permite a la gente «regular» sus estados de ánimo negativos.

La música triste potencia la imaginación y evoca «un amplio rango de emociones complejas y parcialmente positivas», concluyeron.

Y los portugueses son especialistas en hacer música triste. En particular, el fado: melancolía hecha música.

La banda sonora de la tristeza

Fado significa»destino» y ahí reside su triste belleza; debemos aceptar nuestro destino, aunque sea cruel, y especialmente si es cruel.

Este género musical se originó hace casi dos siglos en los barrios de la clase trabajadora de Lisboa. Las primeras cantantes eran prostitutas y esposas de pescadores que podían no regresar del mar.

Una cantante de fado
El fado puede encontrarse en todas partes en Portugal.

Hoy es la banda sonora de la vida en Portugal. Lo escuchas y lo sientes en todas partes: en la radio, en salas de conciertos y, sobre todo, en las casas de fado.

La mayoría de los cantantes son aficionados. Como Marco Henriques, quien trabaja como agrónomo de día y en un bar por la noche para llegar a fin de mes.

«Puedes tener mala voz y ser un fantástico cantante de fado. El fado nace del corazón», explica.

Unos días más tarde, en la costa de Estoril, al suroeste de Lisboa, me reúno con Cuca Roseta, una popular cantante de fado y una de las pocas que puede vivir de su música.

Prepara cada concierto con un minuto de silencio, una especie de rezo «antes de entregarse», me dice. «Es una música en la que te entregas; es un regalo de tus emociones y es muy íntimo».

Roseta representa a una nueva generación de cantantes de fado. La melodía es tan melancólica como la del fado tradicional, pero las letras son algo más optimistas.

¿Tal vez una señal de que el amor de Portugal por la «tristeza alegre» está comenzando a decaer?

Espero que no.

 

Fuente: BBC