Con las manos en los bolsillos, relajado, sonriente, así salió Julián Gil de las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, en el corazón de la capital mexicana, luego de que –por fin–se llevó a cabo la audiencia de conciliación entre el actor argentino y la venezolana Marjorie de Sousa: “El juez próximamente va a determinar una fecha para que se realice la prueba de ADN”, dijo.
Julián se refería al juicio de nulidad de paternidad que él promovió. “Estoy muy contento porque es básicamente lo que he estado pidiendo y que él tenga, como dice la Constitución mexicana, el derecho de saber cuál es su origen”. Contentísimo, se dijo Julián porque, asegura, por fin se está comenzando a hacer justicia.