“Buenos días, les habla el copiloto…”. Reconocible para cualquier pasajero de un avión, desde hace 21 años este es también el saludo favorito de Guillermo de Holanda, que pilota de incógnito aparatos comerciales de la aerolínea holandesa KLM. El viaje más reciente lo hizo el pasado martes con un Cityhopper, especializado en cubrir hasta 54 rutas europeas. La pasión por el vuelo del rey es un sueño de juventud hecho realidad: tiene licencia oficial y dos veces al mes lleva un modelo Fokker 70.
Se estrenó en el aire como príncipe heredero, y ha seguido volando desde 2013, ya como rey del país. “Es una afición en la que debo concentrarme por completo. Son los mandos del avión, la tripulación y los pasajeros, una gran responsabilidad. Tus problemas no caben en la cabina. Toda tu atención está en el vuelo, y eso para mí es lo más relajante”, ha asegurado al rotativo holandés De Telegraaf.
Guillermo, de 50 años, admite que algunos viajeros han reconocido su voz en la megafonía interna, aunque él nunca se presenta. “Siempre hablo en nombre del capitán, pero las cosas han cambiado mucho desde los atentados del 11S en Estados Unidos”, asegura. Antes, la cabina permanecía abierta a menudo, “la gente echaba un vistazo, y ahí, cuando me veían, era una sorpresa agradable”. Desde entonces hay menos contacto entre él y los pasajeros.
Aunque la concentración es esencial, el rey piloto señala que han sido adiestrados para comprobar si alguien tienes estrés. “Durante el viaje, se puede saber si alguien está alerta a los mandos, sin distraerse, hablando de la familia, la pareja o la casa. Asuntos personales, que reflejan bien el estado de ánimo”. KLM tiene previsto sustituir el Fokker 70 por el modelo Boeing 737, y este verano Guillermo aprenderá a manejarse con la nueva aeronave. Quiere “viajar con pasajeros a destinos lejanos”, y podrá copilotar también el nuevo avión oficial, precisamente un Boeing 737 Business Jet. Diseñado para un equipo de 24 personas, ha costado 89 millones de euros, según el ministerio de Transporte. El avión alcanza sin escalas el antiguo Caribe holandés, y sus emisiones de CO2 son menores que las del Fokker, apuntan portavoces del Gobierno.
Guillermo de Holanda, que llegó al trono en 2013 tras la abdicación de su madre, la reina Beatriz, es piloto militar en el 334 escuadrón de transporte del Ejército del Aire holandés y coronel de la Fuerza Aérea. Casado desde hace 15 años con la reina consorte, Máxima, tienen tres hijas: las princesas Amalia, Alexia y Ariane. Con motivo de su 50 cumpleaños, Guillermo de Orange ha concedido varias entrevistas en las que repasa su vida. En 2013, cuando estaba a punto de suceder a su madre, la hoy princesa Beatriz, recibió de ella un consejo muy especial. “Sé tú mismo, marca tu propia ruta y no te aproveches de tu posición”, le dijo. El heredero tenía entonces 46 años y había sido un adolescente algo disperso y un joven poco centrado. Con un estilo más suelto que el de su progenitora, que llevó la corona 33 años, Guillermo de Holanda no oculta que su esposa, Máxima, le ha ayudado a encontrarse.
Fuente: El País.