Muchos padres no saben qué hacer cuando pescan a su hijo diciendo mentiras. Éstas podrían significar inseguridad, falta de confianza, vergüenza, miedo e incluso falta de autoestima.
Lo primero que se debe hacer es tomar en cuenta que los niños menores de tres años no mienten, aun cuando dicen cosas que no son ciertas, ya que para ellos son parte de sus juegos y fantasías, propias de la edad. Luego de los 5 años los niños empiezan a mentir de manera consciente, pues ya saben la diferencia entre la verdad y la mentira, pero no tienen claro que sea algo incorrecto. Una vez teniendo claro esto, es recomendable prestar atención en caso de que las mentiras formen parte de su comportamiento habitual como una forma de lograr sus deseos.
Casos más comunes
-Para evitar un castigo: Esto les ayuda a manejar su tolerancia a la frustración. Aprenden esta conducta de los adultos.
-Para llamar la atención: Suele ser también un comportamiento frecuente en los propios padres. Los niños recurren a esto para reclamar mayor afecto.
-Para cumplir expectativas: Cuando el nivel de exigencia de papá y mamá es tan elevado que los niños no quieren defraudarlos y sentir que fracasaron.
-Para ver la reacción de los padres: Probar hasta dónde pueden llegar podría convertirse en un desafío, sobre todo para aquellos hijos con problemas emocionales.
Consejos:
-Averiguar la razón y corregir lo que sucede.
-Ser ejemplo y no mentir.
-Explicar la diferencia entre la verdad y la mentira.
-Darles confianza y felicitarles cuando digan la verdad.
-Utilizar frases como: “Me haces feliz cuando dices la verdad”.
Fuente: Revista Mariela |n° de edición 96