Un último estudio del Departamento de Psiquiatría de la Escuela Médica de la Universidad de Michigan (EE.UU.) y del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Kent State de Ohio (EE.UU.), realizado en 171 mujeres, reveló que aquellas que durmieron más en una noche determinada experimentaron mayor deseo sexual al día siguiente. Las participantes tenían una relación estable, no tomaban antidepresivos ni ningún otro fármaco para conciliar el sueño.
Según explica César Merino, especialista en urología y sexología, cuando dormimos las ondas cerebrales se tranquilizan. “Es necesario desconectarse por más de cuatro horas continuas. Un cerebro descansado, nutrido, oxigenado, va a tener mejor respuesta sexual”.
Además, dormir bien aumenta los niveles de testosterona, hormona cuya producción es mayor en hombres que en mujeres. “En un sueño reparador alcanza los picos más altos de concentración en la sangre y se activan las zonas erógenas; por tanto, hay mayor predisposición sexual al levantarnos”, señala.
Fuente: Revista Mariela | n° de edición 96