Ya sea durante una estadía en un hotel, en una casa en la playa o durante una noche en la casa de un amigo, en general nunca se duerme tan bien como en la cama propia. Salvo excepciones, las camas ajenas no logran alcanzar las comodidades y particularidades del lecho que nos alberga todas las noches.
Si bien hace tiempo que la ciencia sabía del fenómeno, no pudo nunca atribuirle las causas. Hasta ahora. En un pequeño estudio publicado en Current Biology, investigadores de la Universidad Brown, de Estados Unidos, descubrieron lo que ocurre en el cerebro cuando una persona duerme en un lugar desconocido y poco familiar.
Para averiguarlo, midieron la actividad cerebral durante el sueño profundo de 35 personas jóvenes y sanas. Así fue que los investigadores encontraron evidencia de que algo único realmente sucede en el cerebro durante la primera noche: un hemisferio del cerebro, el izquierdo, demuestra vigilia mientras que el otro demuestra sueño. Este estado de alerta durante el sueño en la mitad del cerebro ya había sido observado en otros animales, incluyendo ballenas, delfines y aves, y se piensa que actúa como una especie de «vigilancia nocturna», ante la amenaza de depredadores.
«El ambiente es tan nuevo para nosotros, que puede ser que necesitemos un sistema de vigilancia para que podamos monitorear el entorno y detectar algo inusual», explicó Masako Tamaki, uno de los autores del estudio e investigador asociado en el laboratorio de Aprendizaje Cognitivo y Perceptual en la Universidad de Brown. Somos más vulnerables cuando estamos dormidos, en otras palabras, y al permanecer parcialmente despiertos, nuestros cerebros podrían estar tratando de protegernos.
Los investigadores también descubrieron que cuando equipaban a las personas en el estudio con auriculares, el lado izquierdo mostraba una mayor respuesta cerebral a los sonidos agudos que la derecha, lo que sugiere una mayor vigilancia en ese hemisferio.
Esta investigación plantea una gran cantidad de nuevos interrogantes. Los autores todavía no saben por qué vieron este efecto en el hemisferio izquierdo y no el derecho. Pero curiosamente, estas dos asimetrías sólo ocurrieron en la primera noche, luego se normalizaba. Algo a tener en cuenta la próxima vez que haya que dormir en un lugar extraño
Fuente: Metro Ecuador