En el momento de la muerte de la princesa Diana, la reina de Inglaterra recibió críticas por haberse quedado con sus nietos, William y Harry, en el Castillo de Balmoral, en Escocia, en lugar de haberlos llevado a Londres, donde la gente depositaba sus condolencias, sus velas, sus flores frente al Palacio de Buckingham. Sin embargo, Isabel II sintió una angustia profunda que los medios no reflejaron, según escribió a Lady Henriette Abel Smith, una dama de honor:
«Queridísima Henriette:
Muchísimas gracias por tu carta sobre la trágica muerte de Diana.
Fue de verdad terriblemente triste, y ella es una enorme pérdida para el país. Pero la reacción pública ante su muerte, y el servicio en la Abadía [de Westminster] parecen haber unido a la gente en el mundo entero, de una manera más bien inspiradora. William y Harry han sido tan gallardos, y estoy muy orgullosa de ellos».
La prensa británica destacó que, luego de ese impreso, la reina agregó de puño y letra:
«Creo que tu carta fue una de las primeras que abrí: ¡tenemos las emociones entreveradas, pero todos hemos atravesado una experiencia muy mala!
Con afecto,
Isabel».
La carta, que se acaba de dar a conocer, fue escrita días después del accidente en el que Lady Di perdió la vida a los 36 años, el 31 de agosto de 1997. Muy rara vez la correspondencia privada de la reina se da a conocer, y esta pieza, que publicó The Daily Mail, está en manos privadas desde que se subastó en 2005 luego de la muerte de Lady Abel Smith, dama de honor de Isabel II desde 1949 hasta 1987.
El periódico británico citó a David Starkey, «el eminenete historiador que ha escrito muchos libros sobre la monarquía»: según el experto, las palabras deben ser consideradas en contexto. «Es importante recordar que, como la mayoría de su generación, la reina es muy reservada emocionalmente«.
Starkey agregó que en el momento la monarca fue acusada —de manera errónea, desde su perspectiva— de «no haber mostrado la compasión suficiente», ya que luego de la muerte de Diana la familia real —incluidos el príncipe Charles y sus hijos, William, de 15 años, y Harry, de 12— fueron a misa como de costumbre en Balmoral, y el vicario omitió mencionar a la princesa durante el servicio.
De manera inusual, la reina Isabel habló al país la noche anterior al funeral de Lady Di, «como monarca y como abuela». Definió a su ex nuera como «un ser humano excepcional y talentoso», que «en tiempos buenos y malos nunca perdió su capacidad de sonreír y reír, ni de inspirar a otros con su calidez y amabilidad».
Fuente: Infobae