El modo en que afrontamos este problema, es determinante para corregirlo. Sigue estas pautas recomendadas por especialistas y lograrás rectificarlo.
-Es preciso que el niño entienda la diferencia entre capricho y necesidad. Si cedes ante un juguete, evita sustituirlo por otro en cuanto se aburra.
-Si le das algún antojo de alimentación, procura que lo termine, aunque descubra que su sabor no es el que esperaba. Así, la próxima vez pensará un poco más lo que realmente quiere.
-Instaura determinadas rutinas, como regalar un juguete en un momento u ocasión especial (cumpleaños, buenas calificaciones).
-Proponle que realice una tarea concreta o logre un determinado objetivo para que aprenda a apreciar el valor del esfuerzo.
Papá y mamá deben trabajar en estos consejos por igual. Recuerda que en ocasiones los caprichos son tan solo una forma de reclamar mayor atención.
Fuente: Revista Mariela