Olvídate del debate a tres. De si el tándem Yolanda Díaz y Pedro Sánchez logró imponer su discurso o de si el ausente Alberto Núez Feijóo consiguió, pese a todo, marcarse un punto. O, ya puestos, del futuro de nuestra democracia y de las elecciones del próximo domingo. Porque lo verdaderamente importante este fin de semana es decidir qué irás a ver el cine: la Barbie de Greta Gerwig, Margot Robbie y Ryan Gosling o el Oppenheimer de Christopher Nolan.

O, mejor dicho, en qué orden las verás si decides (según todas las críticas con muy buen criterio) hacerte una sesión doble. Ese es el debate que realmente está incendiando las redes sociales y que ha convertido a Barbenheimer en el auténtico fenómeno viral y cinematográfico de este verano.

Están quiénes defienden con vehemencia que el orden correcto de una sesión doble es Barbie seguido de Oppenheimer. La alternativa sería hacerse un Oppenbarbie e irse a casa con una sonrisa en la boca. El combo funciona precisamente porque son dos películas diametralmente opuestas: un thriller histórico de tintes apocalípticos sobre el hombre que inventó la bomba atómica o una fantasía escapista teñida de purpurina rosa con grandes números musicales y grandilocuentes mensajes feministas. Esto sí que es la fiesta de la democracia.

Convertido ahora en una celebración postpandémica del regreso a las salas, Barbenheimer empezó siendo una disputa entre estudios. O, mejor dicho, entre Warner y Christopher Nolan después de que el estudio decidiera estrenar todas sus películas de 2021 en la plataforma HBOMax en lugar de en los cines enfureciendo al director. Nolan y Warner, que hasta entonces había distribuido las últimas películas del cineasta, rompieron sus relaciones y el director se llevó su siguiente película a Universal. Cuando Warner anunció que el estreno de Barbie coincidiría con el de Oppenheimer, Nolan enfureció.

De convertir la polémica en un fenómeno viral (y en un más que probable doble éxito comercial) se encargó Tom Cruise, que curiosamente compite en la taquilla con las dos películas con la última entrega de Misión Imposible. Cruise, que el año pasado resucitó las salas de cine el solito con el taquillazo Top Gun Maverick, compartió una foto en redes con sus entradas: «Me encanta una sesión doble y no hay nada más explosivo (o más rosa) que una con Oppenheimer y Barbie».

Greta Gerwig y Margot Robbie recogieron el guante posando con el cartel de Oppenheimer y sus tickets y Cillian Murphy ha apoyado el fenómeno recomendando ir a ver las dos películas el mismo día. El ingenio de los creadores de memes y pósters alternativos que circulan por las redes y el merchandising no oficial que puede comprarse en tiendas como Etsy han hecho el resto.

Pero el fenómeno viral no parece tener fecha de caducidad. Al menos, a corto plazo. A ocho meses para los Oscar, tanto Barbie como Oppenheimer ya están alimentado sus opciones para acumular nominaciones. El caso de la película de Christopher Nolan es más obvio. Un biopic histórico dirigido por un director de culto siempre es un cebo irresistible para los académicos. Las nominaciones para Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Actor para Cillian Murphy parecen más que aseguradas por mucho que tengan que competir con tandems tan poderosos y taquilleros como Ridley Scott y Joaquin Phoenix (Napoleón) o Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio (Killers of the Flower Moon).

Sin embargo, si la categoría de Mejor Película debe cumplir con la correspondiente cuota de comedia (y en los últimos años así lo ha hecho) Barbie tiene todas las papeletas para abrirse un hueco. Nadie descarta tampoco que Margot Robbie (que ya ganó la estatuilla por Yo, Tonya) y Greta Gerwig (que estuvo nominada por Lady Bird) logren una nominación por su fantasía feminista y ya parece un hecho consumado que Ryan Gosling conseguirá otra por ponerse en la plástica piel de Ken, un papel que para muchos críticos es el mejor de su carrera.

Barbenheimer no es solo el fenómeno viral del verano, también es la mejor noticia que ha recibido Hollywood desde que estalló la pandemia. Por eso, es de esperar que este chicle se estire hasta el infinito y un poco más allá. De hecho, aunque aún no existe confirmación oficial, los rumores sobre una posible secuela de Barbie ya son abrumadores y la propia Margot Robbie ha dejado la puerta abierta a retomar el personaje.

Para terminar de rizar el rizo, Cillian Murphy (que tiene más complicado eso de protagonizar una segunda parte de Oppenheimer) ha dicho que le gustaría interpretar a Ken en una hipotética secuela. «’Por qué no! Leamos el guión. Estoy deseando ver Barbie». Larga vida a Barbenheimer.