Durante el embarazo, el cuerpo experimenta cambios de todo tipo: cardiovasculares, respiratorios, endócrinos y metabólicos. Como si todo esto fuera poco, se gana peso. Ahora bien, para contrarrestar este último hecho y para acompañar los innumerables cambios que se producen en el organismo es fundamental realizar algún tipo de actividad física.
- Incrementa tus niveles de energía.
- Alivia los dolores de espalda.
- Al tonificar los músculos, te ayuda a adoptar una mejor postura.
- Acelera el funcionamiento intestinal y, como consecuencia, reduce la constipación.
- Al activar la lubricación de tus articulaciones, previene que estas se desgasten.
- Ayuda a liberar el estrés y a descansar mejor.
- Fortalece tus músculos y prepara a tu corazón para la labor de parto.
- Te concede un buen control de tu respiración. Esto es indispensable en el momento de dar a luz para tolerar el dolor.
- Aumenta tu resistencia física.
- Menor riesgo de sufrir diabetes gestacional y preeclampsia.
Fuente: vivirsalud.imujer.com