La calabaza es una de las hortalizas más versátiles de las que disponemos en nuestras cocinas y es que con ella se pueden hacer tanto platos salados como dulces.
Este alimento originario de América, aporta numerosos beneficios a la salud gracias a sus múltiples propiedades nutricionales. Entre las vitaminas que contiene destacan la vitamina B, la C, la D, la E, la K y la A. Esta última se obtiene de la transformación que nuestro organismo hace de los carotenos y que ayudan, por ejemplo, a prevenir la aparición del cáncer.
Por otra parte, la calabaza es un vegetal rico en agua (90%) y muy bajo en calorías (aporta aproximadamente 40 calorías por cada 100 gramos), por lo que junto con el potasio que también incluye en su composición, es perfecto para evitar o prevenir la retención de líquidos en nuestro organismo.
Asimismo, es ideal para regular el tránsito intestinal por la gran cantidad de fibra que presenta, esto lo convierte a su vez en un alimento altamente saciante además de laxante, por que lo es considerado por muchos como el mejor aliado para las personas que están llevando a cabo una dieta de adelgazamiento. Contiene además minerales como el calcio y el fósforo.
Por si esta fuera poco, los expertos afirman que esta hortaliza es buena para cuidar el sistema circulatorio, ayudando de forma eficaz a controlar y regular el colesterol y la hipertensión. También está indicado para tratar algunas enfermedades como la prostatitis, la anemia, la artritis, la angina de pecho, la cistitis, la diarrea, el estreñimiento, las hemorroides, el insomnio o los mareos.