Se aconseja practicarlo después de unas 6 u 8 semanas, siempre que haya sido vaginal y que el médico nos de el visto bueno. A través del pilates, podemos trabajar las zonas que más han sufrido durante el parto, especialmente la columna vertical, la pelvis y la cintura.
Lo ideal es realizar ejercicios durante veinte minutos, tres o cuatro veces por semana. Necesitaremos ropa cómoda y acudir a un centro especializado. Para la total recuperación, además es recomendable seguir una dieta sana y saludable (de unas 2.200 calorías) y completar el ejercicio con algo de gimnasia cardiovascular.
Gracias al pilates conseguimos lograr un control, flexibilidad, aumento de la concentración y precisión, además de conseguir mejorar nuestra respiración gracias a los ejercicios de control. Es muy importante que prestes atención a la postura del cuerpo. El peso debe repartirse por todos los músculos.
Fuente: bebes.facilisimo.com