La pareja ha llegado a un acuerdo para que sus seis hijos pasen el verano con el actor mientras ella rueda una película en México.
Brad Pitt (de 55 años) y Angelina Jolie (de 44) pasaron de ser la pareja más admirada de la alfombra roja a la más enfrentada fuera de ella. Desde que anunciaron su separación en septiembre de 2016, los actores han mantenido una ardua batalla por sus seis hijos —Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Knox y Vivienne, de 17, 15, 14 y 13 años, respectivamente, los primeros, y 11 años, los dos últimos— en el centro de su terremoto personal. El primer paso de esta tregua temporal lo ha dado Angelina Jolie, que ha sido quien se ha acercado a Brad Pitt para proponerle que se haga cargo de sus seis hijos durante gran parte del verano, un tiempo en el que ella estará rodando en Nuevo México Those who wish me dead, su nueva película, dirigida por Taylor Sheridan.
Según afirman medios estadounidenses haciendo referencia a fuentes próximas a Pitt, el actor está exultante con esta noticia, ya que será la primera vez que pueda pasar tanto tiempo con sus hijos desde que la pareja comenzó su complicado y largo proceso de divorcio. Desde que Jolie y Pitt separaron sus caminos, los seis niños han permanecido mayormente junto a su madre, aunque él ha ido recuperando poco a poco el contacto con ellos, especialmente desde que a finales del pasado año la pareja llegara a un acuerdo sobre su custodia.
El nuevo paso dado por Angelina Jolie, afirman las fuentes mencionadas, ha hecho muy feliz al actor y este ha invitado a sus padres, Jane y William, para que puedan quedarse con la familia en su casa de Los Ángeles y compartir este tiempo, que le parece un regalo. Ya a principios del mes de junio la revista US Weekly afirmaba que Pitt estaba muy contento de que la enemistad con su exmujer se hubiese suavizado. «Los niños son lo primero y es lo que más le importa: ser padre y compartir su vida con sus hijos», afirmaba en la publicación una persona próxima al actor.
Esta nueva situación no se trata de un hecho menor, ya que en junio de 2018 un juez tuvo que intervenir para ordenar a la actriz restricciones sobre cómo ejercía la custodia de sus seis hijos y cómo intentaba controlar la relación que mantenían con su padre. En aquel momento, el pleito de divorcio, que se solventó a mediados de abril, llevaba más de año y medio de proceso y el juez estimó que era necesario que cada uno de los seis niños tuviera «una relación sana y fuerte con su padre y su madre» y que Jolie debía permitir que Pitt pudiera cuidar esa relación. Una medida que se calificó de «extremadamente rara», porque expertos en temas legales reseñaron una y otra vez que no es habitual que una corte legal intervenga de esta manera y que, cuando lo hace, es después de haber realizado una profunda evaluación de la situación y con la intención de garantizar que los hijos no sean separados de uno de sus padres.
La noticia de la separación de la pareja pilló por sorpresa a todo el mundo después de 12 años de relación y nunca han quedado claras sus causas. Aunque, eso sí, hubo una investigación de las autoridades a Brad Pitt por una discusión con su hijo mayor, que se cerró sin cargos. Se ha dicho durante todo este proceso que los dos actores acordaron un pacto de silencio para evitar filtraciones de las que salieran mal parados. Aunque ella sí ha manifestado durante este tiempo que no le gusta estar soltera, que no ha sido un proceso fácil y que si ha tenido que llorar lo ha hecho en la ducha y no delante de sus hijos.
Por su parte, Brad Pitt declaró en su primera entrevista tras la separación, publicada en la revista GQ, que cuando formó su familia detuvo «todo excepto el alcohol». «Incluso este último año estaba bebiendo demasiado. Se había convertido en un problema».