Los actores se dejan ver en público desde hace semanas pero no definen que tipo de relación les une.
Brad Pitt lleva más de tres años separado de Angelina Jolie pero la pareja todavía protagoniza una enconada pelea por los términos de su divorcio. Primero fue la guardia y custodia de sus seis hijos y más tarde el reparto de su ingente patrimonio. En todo este tiempo ambos han tenido cuidado en no dejarse ver con otras parejas en público. Pero en los últimos días el actor ha roto esta norma no escrita y se pasea por las calles de Los Ángeles con la actriz Alia Shawkat, con la que ha sido fotografiado en al menos tres ocasiones. Por ello, la prensa de EE UU ya habla de la especial relación que le une.
Alia Shawkat tiene 30 años, 25 menos que Brad Pitt. Está considerada como una musa del cine indie y es una conocida activista feminista. Cuando no trabaja como actriz (se hizo conocida gracias a la serie Arrested Development), le gusta pintar e incluso ha expuesto galerías de Los Ángeles, Ciudad de México y París. También le gusta hacer música y cantar jazz en bares.
La pareja fue vista por primera vez en la inauguración de la obra de teatro A Play is a Poem, en Los Ángeles, en septiembre. Más tarde, se dejaron ver en el espectáculo The New One, donde inclusopublicaron un selfie juntos. Y, el pasado día 17, la política Meral Melika agradecía al actor su apoyo a las artes y los artistas, en una exposición en la galería Wilding Cran. «Gracias Brad Pitt por acompañarnos», escribió en sus redes sociales junto a unas fotos donde aparecía también Shawkat.
La nueva pareja ha sido vista también en espectáculos del Hollywood Bowl, uno de los mejores lugares al aire libre para asistir a un concierto, y donde las celebridades asisten regularmente para ver a artistas de primer nivel actuar allí.
La última vez que se les ha visto juntos ha sido esta semana en la ópera de Kanye West. El rapero no apareció en el escenario hasta el final de la actuación sin embargo, narró la acción del espectáculo desde la zona de cajas.
Pitt recientemente llegó a un acuerdo de custodia con su ex esposa Angelina Jolie, en relación con sus seis hijos, que tienen entre 11 y 18 años. Si bien su matrimonio duró dos años Pitt y Jolie se unieron cuando rodaban la película de acción de 2005 Sr. y Sra. Smith. En ese momento, Pitt todavía estaba casado con su primera esposa, Jennifer Aniston.
A Brad Pitt se ha relacionado con muchas mujeres desde que se separó de Angelina, incluida Jennifer nuevamente e incluso Charlize Theron (ese rumor también fue desmentido por la actriz). Un portavoz ha asegurado que el actor tiene «muchas amigas» y que está disfrutando de la vida de soltero.
Según revela el medio The Blast, que ha tenido acceso a los documentos judiciales, Pitt y Jolie han pedido más tiempo al tribunal para dirimir su divorcio. Desde el Condado de Los Ángeles han accedido a este plazo de demora, pero con la condición de que los actores asuman las costas económicas del juez privado que pasará a asumir su caso. Algo a lo que los dos han accedido.
El mayor problema que tienen ahora los actores es decidir quién se queda con el Château Miraval, la mansión francesa rodeada de viñedos que compraron en 2011 por 60 millones de dólares y que, en un principio, pensaban dejar en herencia a sus hijos. Según este mismo medio estadounidense, Angelina Jolie y Brad Pitt han ganado muchos millones a lo largo de toda su trayectoria, pero las dos estrellas unieron parte de su patrimonio durante su relación, por lo que ahora se encuentran en la tesitura de decidir qué y cuánto le corresponde a cada uno.
Dos años después de su divorcio, el actor confesó sus problemas con el alcohol a la revista GQ: «Bebía demasiado. El alcohol se convirtió en un problema». En esa misma entrevista contó que desde que salió de la universidad no recordaba ningún día en el que estuviera sobrio, algo que tampoco supo contener cuando formó una familia con Jolie. Además, explicó que los largos períodos lejos de casa le pasaron factura a la que hasta su divorcio era una de las parejas más envidiadas de Hollywood.
Fuente: El País