Chefs nutren a las víctimas de terremoto
Un centenar se trasladó a las zonas más afectadas Instalaron cocinas comunitarias Prevén aliviar el dolor de los damnificados.
Tras la catástrofe, la ayuda llegó. Los ecuatorianos se volcaron a donar. Víveres, medicamentos, agua, colchones, prendas de vestir, implementos de aseo, comida y más… Personal del Gobierno y Municipal, miembros de la empresa privada y pública, dejaron a un lado sus diferencias y le apostaron a la solidaridad.
Lo mismo pasó con la sociedad. Niños y adultos se desprendieron de todo, y los profesionales, como es el caso de los chefs, dieron su aporte a través de lo que mejor saben hacer: cocinar.
Esta semana, por ejemplo, un total de 80 cocineros -representantes de la Asociación de Chefs del Guayas, la Escuela de Gastronomía del Pacífico y el espacio culinario Gastronomía 2.0, en coordinación con la Dirección de Turismo del Guayas- elaboraron y distribuyeron alimentos para los damnificados, rescatistas y elementos del orden que se encuentran en Manabí.
Ellos, provenientes de Guayaquil, Quito, Cuenca, Loja y Azogues, hicieron base en Portoviejo. Levantaron una carpa, instalaron las cocinas industriales que llevaron y empezaron a trabajar. Día y noche, incansablemente. Y con la meta de alimentar a cerca de 3.000 personas a diario.
El panorama, como es de esperarse, no ha sido el mejor. Las víctimas claman por ayuda, tienen hambre. No obstante el cansancio y temor -precisa el chef guayaquileño Mike Ruiz, promotor de Gastronomía 2.0- se esconden detrás de esas sonrisas de alivio que surgen tras llevarse un bocado a la boca.
En el lugar, uno de los seis que han establecido en las zonas más damnificadas de la provincia, están elaborando diferentes platillos. “Trajimos tres volquetas y tres camionetas llenas de provisiones. Con ellas cocinamos, pero también lo hacemos con todo, absolutamente todo lo que el país nos está donando”, agrega Ruiz.
Las comidas están hechas a base de vegetales, garbanzos, lentejas, arroz, atunes, granos secos… En estos días, por ejemplo, en uno de los albergues que ha acogido principalmente a niños huérfanos, se repartió arroz con verduras y ensalada de sardina y brócoli.
Y aunque la tarea no ha sido fácil -sobre todo porque se ha procurado mantener las estrictas normas de higiene que debe tener cualquier cocina, pese ha estar funcionando dentro de una carpa- lo han hecho con gusto. Es el caso del chef Carlos Matute, un manabita oriundo de Jipijapa (actualmente radicado en Guayaquil) que afirma estar satisfecho por tratar de devolverle -a través de su profesión- algo a su gente.
“La gente está muy motivada a pesar del calor y del clima. Eso no ha sido motivo para que el grupo se distraiga y evite ayudar a sus hermanos”, agrega Pablo Escudero, otro de los cocineros. “Realmente esperamos contribuir con lo que más podamos. Esta es tan solo una prueba de fuego”, puntualiza.
La Escuela de los Chefs, en coordinación con la empresa Chef Express y las escuelas de la Red Académica de Gastronomía del Ecuador, entre las que están la Universidad de Guayaquil y la Universidad Espíritu Santo, de igual manera, están cubriendo las necesidades alimentarias de los más necesitados de las zonas.
Ellos, un grupo de 45 voluntarios, instalaron una cocina industrial en la Escuela del Milenio, en Pedernales. Al momento están dando de comer a 4.000 personas diariamente. La meta es alimentar a 20.000 (a diario) en las próximas semanas.
Las entidades hacen un llamado a la sociedad. Piden a la gente que no deje de donar y se sumen a la iniciativa. Los chefs requieren de más cocineros que estén dispuestos a relevar y rotar. Sin duda alguna el trabajo va para largo.
Fuente:DiarioExpreso