Dicen que en el pedir está el dar y esta frase está llena de verdad cuando se trata de incorporar a los niños en las tareas del hogar.
Motivarlos para que dejen de jugar y ayuden a ordenar la sala o sus propios cuartos es más difícil de lo que parece, pero la forma en que se los pides puede hacer la diferencia.
De acuerdo a una investigación presentada en el diario Child Development, si les dices algo como “Por favor ayúdame” es más probable que sigan jugando, pero si les dices “por favor se un ayudante”, puedes conseguir que los niños tengan una mejor respuesta.
Cuando los designas ayudantes, los niños sienten que están encarnando una virtud, de acuerdo a Christopher Bryan, psicólogo de la Universidad de California y uno de los investigadores detrás del estudio.
En el estudio, se eligieron a 100 niños de preescolar y se dividieron en dos grupos. Uno al que se le hablaba de ayudar mientras que al otro se le habló de ser ayudante.
Después pusieron a los niños a jugar y mientras lo hacían se les dio la oportunidad de ayudar. Los pequeños que estuvieron en el grupo de ayudantes dejaron los juguetes y se ofrecieron 20% más a ayudar en comparación con el grupo de los niños a los que sólo se les hablo de la ayuda.
Pero es importante que los padres no lleven esto al extremo, porque como sabemos las etiquetas pueden convertirse en estigmas que los marquen de por vida. “Frecuentemente los adultos le hablan a los niños de ser bueno o malos y ellos se dan cuenta,” dice Bryan.
Así que en vez de calificar el esfuerzo de tu hijo con adjetivos, realízalo con verbos. No digas que es una gran ayudante, si no que hizo un gran trabajo.
Fuente: actitudfem.com