La importancia de comer algún snack a media mañana o por la tarde, radica en que ayuda a mantener nuestros niveles de glucosa en sangre estables, lo que además nos ayuda en varias formas: nos da menos hambre y la ansiedad.

Se debe evitar elegir alimentos que puedan no ser la mejor opción y que, a la larga, provocarnos aumentar de peso o desarrollar alguna enfermedad crónica.

1. Fruta. Además de ser una de las mejores opciones, es práctico ya que no necesita refrigeración y aporta vitaminas, minerales, fibra y agua.

2. Fibra. Además de las frutas, las verduras y los cereales integrales aportan fibra. Se pueden comer zanahorias, jícamas, pepinos o apio; incluso, preparar una pequeña ensalada o si así se desea, llevar un recipiente con verduras cocidas (frías pueden ser un refrigerio delicioso).

En cuanto a los cereales, se puede elegir galletas, panes, barras de cereal o cereales para el desayuno con un buen contenido de fibra. Es importante revisar en la tabla nutricional que por cada porción contenga al menos 2.5 gramos de fibra.

3. Proteína. Es necesario consumir algún alimento que contenga proteína. Podemos elegir desde un yogurt, leche, queso (de preferencia quesos frescos bajos en grasa como el panela), o nueces y semillas como pistaches, cacahuates, almendras, etc. Además de aportar proteínas, proporcionan grasas saludables.

Se recomienda consumir el refrigerio 3 o 4 horas después de haber consumido alguna comida principal. También vale la pena mencionar que se deben ingerir incluso cuando no se tenga tanta hambre.

Destinar 15 minutos del día a la planeación y preparación de los refrigerios, es un hábito que deberá reforzarse hasta que simplemente forme parte de la vida diaria. No olvides tomar agua, esto hará que el intestino funcione mejor y te mantengas bien hidratado durante todo el día.

Fuente: bienestar.salud180.com