Gracias a la cristalografía, la ciencia ha dado grandes pasos y aunque sirve de base a muchos campos de estudio, es relativamente poco conocida.
Pero para celebrar un siglo desde que se utilizó por primera vez, la ONU proclamó 2014 como el Año Internacional de la Cristalografía y la comunidad científica espera ofrecerle un merecido reconocimiento.
En palabras del Premio Nobel de Química Max Perutz, la cristalografía muestra «por qué la sangre es roja y el césped verde, por qué el diamante es duro y la cera blanda, por qué el grafito escribe sobre el papel y por qué la seda es fuerte».
Aunque la cristalografía es la base en la que se apoyan muchos campos de la ciencia, los científicos dicen que pocas veces atrae la atención sobre la técnica en sí misma.
Ofrece a los científicos un conocimiento útil de la estructura de las proteínas y a partir de allí, pueden desarrollar experimentos para crear nuevos fármacos.
«El desarrollo de los fármacos modernos, de la nanotecnología y de la biotecnología se basa en los resultados cristalográficos. Las propiedades de las formas sólidas de los ingredientes farmacológicos activos depende mucho de su estructura interna», señala Peter Strickland, de la Unión Internacional de Cristalografía.