Cargando
.

Lee la revista aquí

¿Cuándo dejas ir a un hijo?…

portada-editorial-FINAL

… Nunca, no sé si esto es bueno, malo o común en nuestros tiempos. La relación con nuestros papás era más distante, pero ahora muchas de nosotras respiramos por el pulmón de nuestros hijos. Y lo digo así porque, bueno, fuera de que sea al revés y si nos descuidamos ellos toman nuestros puestos y empiezan a ordenarnos cual madres superioras. En mi caso, siento que Marielita y yo crecimos juntas. Hemos salido corriendo juntas en momentos difíciles, hemos disfrutado, hemos orado y nos hemos perdonado juntas.

Más allá de cómo nos relacionemos con nuestros hijos, lo mejor que les puede pasar es sentir que nosotros estamos allí para ellos. Que si nos necesitan para un abrazo o a causa de algún dolor, cuentan con nosotros. Esta edición está dirigida a encuentros generacionales, donde de repente se pueden confundir las emociones y algunas madres desempeñan el papel de hijas. Creo que dichos roles no son los adecuados, pero realizando una catarsis y proyectándonos con sentido, podremos incluso tener el viento a nuestro favor en esta situación de este milenio, sin dejar el timón de la enseñanza y el ejemplo, que no solo tenemos sino que debemos dar a nuestra nueva generación.