Si te tragas el chicle… «Se te pegan las tripas». Lo has oído en tu infancia y, por supuesto, no lo has cuestionado jamás estos mitos de salud. Músculos tensos, ojos muy abiertos y corazón paralizado cuando riendo te lo tragabas sin querer. ¡Socorro! Te contaremos la verdad: ni se pega, ni «se queda siete años en tu interior» (que también se dice), simplemente lo eliminas. Eso sí, no vayas a cogerlo por costumbre por pereza de tirarlos a la basura. No están hechos con ese fin y si abusas… ¡Nunca se sabe!
La dieta de la piña.-
Uno de los clásicos que se impuso con fuerza. Estar toda una semana (si aguantabas) ingiriendo únicamente piña. En rodajas, en zumo, triturada, en puré (o papilla)… Lo único que conseguirás es aborrecer una fruta rica en fibra (no tiene poder quemacalorías) y perder íquido, no grasa. Además de poner en jaque tu salud. No a las dietas ‘monoingredientes’.
Con agujetas.-
«Lo mejor es tomar agua con azúcar». ¡Falso! Las agujetas que aparecen después de hacer deporte se deben a un daño muscular a nivel microscópico (microrroturas) y no a la formación del ácido láctico. Lo mejor es estirar tras un ejercicio intenso y pasear.
El deporte da hambre.-
Al contrario: la reduce. Algunos estudios afirman el ejercicio físico aumenta la sensibilidad a la leptina, una hormona que libera las células grasas y avisa de que ha llegado el momento de dejar de comer. Además, también aumenta la cantidad de amilina en sangre, que minimiza la sensación de hambre.
Sudar adelgaza.-
Camiseta, otra camiseta, sudadera, chaqueta e incluso, papel film envolviendo todo tu cuerpo. Modo momia: ON. Ya estás lista, ¡hoy sudas!, ¡hoy adelgazas! Descarta la idea. Lo único que perderás es líquido. Nada más reponer lo perdido (beber) lo volverás a recuperar. Tu objetivo es quemar grasa.
Crujirte los dedos provoca artritis.-
El 25% de las mujeres lo hacen y, seguramente, a todas ellas se lo hayan dicho alguna vez. No hay ningún estudio científico que evidencie esto. De hecho, un médico estuvo crujiéndose los dedos de la mano derecha (únicamente) durante 60 años y, pasado este tiempo, no presentó diferencias con de salud con su mano izquierda. Eso sí, si te duele, detente. Deja de hacerlo pues podrías estar dañando el cartílago.
Las patatas engordan.-
¡No! Es lo que le acompaña (salsas) o la manera de cocinarlas (fritas) lo que pone en jaque tu dieta. Este tubérculo contiene un 82% de agua, es rica en proteínas, almidón, fibra, ácido fólico, potasio y fósforo. Tiene calorías, sí, pero no grasas y, además, es saciante. Dile sí a las patatas cocidas, por ejemplo.
La miga engorda más que la corteza.-
Falso. Las dos son partes del mismo alimento y tienen los mismos nutrientes. La corteza se deshidrata con el horneado mientras que la miga mantiene máss agua. ¡Ojo! Al contener agua, la miga sacia más que la corteza.
No comas fruta de postre que engorda más.-
Falso otra vez. La fruta no se convierte en función de la hora a la que la ingieras. No tiene el poder de metamorfosearse (al menos que sepamos…). Su ingesta antes de comer suele recomendarse porque tiene efecto saciante. También entran en juego sus azúcares y su poder digestivo. Todo depende de la persona (si le sienta bien) ¡y el menú que las acompaña!
Lo mejor para la resaca es tomarte una cerveza.-
Absolutamente falso. Piensa que lo que vas a conseguir es que, pasado el estado de euforia que te generará la nueva ingesta de alcohol, tu resaca sea aún mayor que antes de tomar el poderoso antídoto. Mantente hidratada y haz una dieta pobre en grasas. Te ayudará (un poco).
Fuente: Cosmo
