Hace casi un año, el 22 de julio de 2013, el mundo se paralizó para dar la bienvenida a un bebé que está llamado a ser algún día rey de Inglaterra. Luego sabríamos que sus padres eligieron para él un nombre: Jorge. Eso es seguramente lo único en común que tiene con muchos británicos este bisnieto de la reina Isabel y tercero en la línea de sucesión al trono británico, por delante del que hasta entonces ocupaba ese lugar, su tío Enrique.
Durante el año que ha pasado desde entonces, Guillermo y Catalina, los padres del pequeño, han intentado siempre dar también una imagen de normalidad, de ser una familia más, en línea con la política de modernidad adoptada por los Windsor a través de sus asesores después de que en los años ochenta y noventa la monarquía británica rozara la catástrofe en los tumultuosos tiempos de la tormentosa relación entre Carlos de Inglaterra de Gales y Diana de Gales.
Fuente: www.elespectador.com