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El cuero de una especie de sapo de América latina importada por Australia, donde se convirtió en plaga nacional, es un preciado accesorio de moda en Europa y se vende ahora al resto del mundo.
La historia tiene todo de un cuento de hadas moderno y arranca en el siglo pasado, cuando Australia decide importar el sapo Rhinella marina, una especie de batracio gigante tropical que abunda en América central y el norte de Sudamérica, para combatir coleópteros dañinos para la agricultura.
Incluso aquellos que tienen gustos más clásicos sucumben a la tentación de cambiar el oro y las perlas por este cautivante amuleto de la era moderna, un sapo de piel frágil teñido en fuxia, turquesa, amarillo o verde. Se lo usa como pulsera, cinturón, colgante o monedero
El batracio proliferó tanto y evolucionó hasta alcanzar a veces el tamaño de un pequeño perro que aún los defensores del medio ambiente se suman hoy a las autoridades de Australia para capturar y eliminar este animal convertido en amenaza para el ecosistema ya que su ingestión es venenosa para otros animales.
Transformado en monedero, cuesta entre $ 300 y $ 342 según el país donde se vende (Japón, Estados Unidos, China, Francia, Alemania). El bolso más caro cuesta más de $ 1.300 .
La creadora de estas piezas, la diseñadora Monika Jarosz, terminó lanzando su propia marca, Kobja, una palabra derivada de «ranita» en polaco.
Vendidos en tiendas de lujo o puntos de venta en Tokio, Pekín, Nueva York, París y Berlín, los sapos adquirieron el estatuto de «objetos de culto» y entre sus propietarios hay varios famosos que siguen dando a Monika novedades de sus modelos «Sacha» y «Rosa».
Fuente: Mx.noticias.yahoo.com