Las características de auto-promoción que ofrece una de las redes sociales más populares, como lo es Facebook, así como todo un programa de reforzamiento de acciones y conductas, es lo que la hace tan adictiva.

De acuerdo con neurólogos de la Universidad de Harvard, al hablar de uno mismo en las redes sociales como Facebook, se activaban zonas claves en el cerebro, como el núcleo Accumbens, misma zona de placer que se estimula con el dinero, la comida y el sexo.

De manera similar, investigadores del Freie Institute en Berlinrealizaron otro estudio en el que midieron la actividad cerebral de los participantes cuando recibían una enorme cantidad de retroalimentación positiva, con lo cual observaron que diversas zonas, como  el mismo núcleo, tenían una actividad mucho más intensa.

Sin embargo, no sólo hablar de uno mismo conlleva a cierta adicción, sino que además pudiera generar problemas de personalidad, como lo demuestra la investigación de la Universidad de York, en Canadá.

Según los científicos canadienses, los usuarios que pasan mucho tiempo inmersos en la red social actualizando su perfil y revisando los comentarios de sus contactos reflejan signos de narcisismo y de ser personas inseguras, que no pueden mantener relaciones de verdad.

Por ello, diversos especialistas coinciden que las personas fanáticas de las redes sociales, como Facebook, Instagram o Twitter, entre otras, deben dedicar mucho más tiempo a sus relaciones en la “vida real”, para prevenir que el cerebro comience a registrar un gusto excesivo o demasiado placentero y se convierta en costumbre.

Fuente: salud180.com