Es costumbre que la época navideña para Maríah Carey empiece el 1 de noviembre. Año tras otro. La cantante norteamericana tiene esta fecha rodeada en el calendario como punto de partida para que millones de playlist comiencen a reproducir su inmortal y famosa canción, All I Want For Christmas Is You, que ya le ha granjeado, además de unos ingresos más que millonarios, el sobrenombre de la ‘reina de la Navidad’.
Para impresionar a sus seguidores, en particular, y a todo el mundo, en general, la artista neoyorquina se ha descongelado a sí misma rompiendo un bloque de hielo gigante en el que se encontraba atrapada con una nota agudísima que salía de su boca y parecía no tener fin. “It’s time” (es la hora), entonaba. Una vez roto, y ataviada con su tradicional e icónico traje de ‘mamá noel’, gesticula con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja. Y comienza a sonar la música.
Un cambio de escenario transporta a la cantante a un navideño bosque cubierto de nieve, plagado de abetos rodeados de luces, en cuyo centro se sitúa Carey con un un grupo de niños caracterizados de colores rojo y blanco, típicos de la época, que no cesan de saltar y sonreír. Diez segundos del mítico estribillo de la canción se cierran con un beso a cámara de la artista y un fundido a blanco con, de nuevo, la frase: “It’s time”.
Un negocio navideño y millonario
No es una canción cualquiera. Desde que lanzase el tema, allá por 1994, All I Want For Christmas Is You se ha convertido en un himno que, de noviembre a enero, se torna imposible no escuchar. Es omnipresente. La popularización de cada año convierte esta obra en una especie de río Guadiana, que aparece y desaparece, dejando, según diversas estimaciones, millones de dólares a su paso.
Tal y como la propia Carey ha mencionado en más de una ocasión, no tardó más de 15 minutos en componer la canción. Los números reflejan que fueron bien invertidos: desde que se sacó hasta 2017 le ha generado en torno a 60 millones de dólares a la artista. Cada invierno, esta cifra aumenta otros 2′6 millones de dólares. Datos que van a la par con el monopolio que tiene la artista de todos los números uno en las listas de música mundiales durante estas fechas. No por nada es la emperatriz de la Navidad.
