Harry Styles acudió recientemente a una clase de yoga en la que se impartía una de las vertientes físicamente más exigentes de esta disciplina: el yoga Bikram, una variedad que obligó al guapo One Direction a encerrarse con sus compañeras de clase en un aula a 40ºC para ejecutar 26 complicadas posturas.
A diferencia de las numerosas chicas que lo rodeaban, su condición de novato le pasó factura al intérprete de One Direction y le hizo pedir tiempo muerto antes de que finalizara la lección que tuvo lugar en Melbourne, Australia, una muestra de debilidad que provocó risas y alguna que otra burla entre unas estudiantes que todavía no podían creerse que estuvieran viendo al propio Styles “derrumbarse” en medio de la clase.
“Harry no fue capaz de soportar el inmenso calor que hacía en esa habitación, sobre todo porque la clase duraba 90 minutos y era muy intensa en términos de posturas y estiramientos. El cantante tuvo que parar a descansar en varias ocasiones mientras las chicas de la clase le obligaban a no sentarse y a no bajar el ritmo para que no se enfriaran sus músculos. Pero más que ayudarlo, algunas solo se recreaban en la situación y se burlaban al admirar a Harry Styles derrumbándose en clase”, explicó un testigo de la escena al diario The Sun.
No obstante, el mismo informante asegura que el ídolo adolescente “no llegó a perder la sonrisa” en ningún momento y afrontó la clase más
“dura” de su vida con ánimo y optimismo, una dinámica que parece contrastar con la nostalgia y la melancolía que sentía hace unos días por las largas temporadas alejado de su familia que implica el último periplo mundial de los archiconocidos One Direction.
Fuente: La.eonline.com