«Desde ahora, cuando me despierte, ¿a quién besaré?«, se preguntó Valeepoan Kunan, entre varias publicaciones en Instagram que reiteran su amor por su pareja.

«Te extraño. Te amo como eres, corazón«, añadió la mujer, mientras en Tailandia y otras partes del mundo se repetían sentidos homenajes para el buzo.

En cada viaje a la gruta, los buzos tienen que atravesar unos 1,7 kilómetros de estrechos pasadizos entre visibilidad nula y corrientes. El camino tomaba, ida y vuelta, unas once horas en el momento de mayor nivel del agua.

«Quiero regresar y detener el tiempo para siempre«, añadió en medio del luto, aunque con la satisfacción de saber que las labores de Kunan ayudaron a que el rescate sea exitoso: los 12 menores y su entrenador salieron ilesos de la cueva y se recuperan con normalidad.

«Samarn Kunan es el verdadero héroe», dijo el gobernador Narongsak Osottanakorn. «El día que murió, todo el equipo estaba triste, pero usamos esta pena. Vimos que entregó su vida por esta causa».