La flacidez es la pérdida de la tensión de la piel o los músculos a causa de la degradación de las fibras de colágeno y elastina, que se encargan de dar tonicidad y firmeza a la cara y al cuerpo y cuya producción disminuye con el paso de los años.
Otro factor a tener en cuenta es una mala alimentación, pobre en aporte de proteínas muy necesarias para dar firmeza a la dermis. Cualquier cambio brusco de peso (provocado a veces por dietas excesivas o cirugía bariátrica) también puede traer como consecuencia una pérdida de tonicidad y un descolgamiento de la piel. Una dieta abundante en grasas e hidratos de carbono provoca una consistencia ¨fofa” y a la vez malnutrición.
La flacidez afecta principalmente las zonas del abdomen, glúteos, muslos y brazos; aunque también se presentan en la cara y el cuello. ¿Cómo se previene la flacidez?
Realizar ejercicios en forma regular favorece el aumento de la masa muscular, lo cual ayudará a tensar la piel además de oxigenarla. Se recomienda la ingesta de proteínas tales como carnes magras, pollo sin piel, lácteos y huevos. La soja, los garbanzos y las lentejas son vegetales de alto contenido proteico.
Además, beber agua es indispensable para mantener la piel hidratada y tonificada. Se recomienda al menos tomar uno a dos litros de agua al día. La práctica de ejercicios aeróbicos combinados con pesas es excelente para remodelar y afirmar zonas como el abdomen, glúteos, brazos y piernas. Consumir vitaminas antioxidantes, como la E, C y A mantienen la tonicidad y elasticidad de piel y músculos. No obstante, existen algunos tratamientos que sirven para atacar este problema. El tratamiento de la flacidez depende del grado de la misma.
El primer consejo para reducir la flacidez, y probablemente el más esencial, es hacer ejercicio, especialmente localizado en el área donde tengamos flacidez. Para la flacidez leve a moderada existe una gran variedad de productos comerciales reafirmantes que aplicados diariamente mediante masajes en la zona a tratar ofrecen buenos resultados. La radiofrecuencia favorece y estimula la regeneración de colágeno y elastina, devolviendo tonicidad y elasticidad a piel y músculos. Pero cuando la flacidez es severa, como por ejemplo, causada por pérdidas excesivas de peso en períodos cortos de tiempo, la piel pierde prácticamente toda su tonicidad y elasticidad. En estos casos el tratamiento debe ser eminentemente quirúrgico.
En el caso de la flacidez facial, se realizan las técnicas quirúrgicas llamadas blefaroplastia (cirugía de los párpados) y dermolipectomía. La blefaroplastia es un procedimiento que tiene como finalidad eliminar el exceso de piel y bolsas de grasa de los párpados superiores o inferiores. Es un procedimiento sencillo de unos 50 minutos que no requiere hospitalización y la recuperación es de una a dos semanas. Por su parte, la dermolipectomía es un procedimiento quirúrgico destinado a eliminar la piel sobrante de brazos, abdomen, glúteos y muslos. Es un procedimiento que dura entre dos y tres horas dependiendo de la zona. Se realiza con anestesia general, es ambulatorio y el período de recuperación es de dos a tres semanas.
Fuente:esteticaysalud.com
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