La imagen que conmovió al mundo entero sobre el terremoto Ecuador

Familias enteras aparecen al borde de la carretera. Bahía de Caráquez está cerca y hay hombres, mujeres, niños, que llevan un trapo blanco atado a un palo o a una rama. Es un símbolo que recuerda a la guerra. A la rendición. A un pedido de paz.

Pero lo que piden acá –en estas carreteras de esta tierra manabita cuarteada– es agua. “Ayuda como un granito”, “Víveres”, “Ayúdenos con agua”, se lee escrito en cartones que se multiplican a lo largo del camino hasta llegar a Jama.

Hasta allí, a esta población semidestruida de 23 mil habitantes, en donde 21 personas murieron por el terremoto y 7 más continúan desaparecidas, una caravana de ayuda llegó el pasado sábado “tocada” por una fotografía.

A una pareja le cayó encima su casa. Ambos se salvaron, pero a Pedro Briones lo libró de la muerte su silla de ruedas, que, girada en medio de las ruinas, permitió que parte de los escombros aplastaran sus fierros y no su cabeza de 86 años.

Esa silla, esos escombros y la pareja postrada en un colchón bajo una especie de carpa improvisada en un galpón, fueron las imágenes que Manuel Avilés, un fotógrafo guayaquileño con experiencia en labores de voluntariado, captó al llegar a Jama tres días después del terremoto –cuando aún olía a muerte– para intentar ayudar a los damnificados junto a un puñado de amigos.

“Me enteré hoy que este anciano usaba silla de ruedas y la misma silla aguantó que no lo aplaste los escombros!! Pero no tiene silla lastimosamente!!! Tengo hasta mañana viernes para conseguir una!!! Ayuden los que tengan una que esté sin usar!!”, fue la frase que Avilés publicó en su Facebook.

Su foto comenzó a viralizarse. Avilés no consiguió una silla de ruedas. Le llegaron ocho y la promesa de nueve más. Así, lo que inicialmente fue un movimiento pequeño, empezó a crecer. De pronto, junto con su amigo de colegio, Ernesto Farra, comenzaron a pedir más donaciones para otro viaje.

Una bodega en el sector de la vía a Daule fue el centro de acopio de esta organización de voluntarios. ¿Quién se suma? fue el pedido. Poco a poco un ejército de “hormigas”, como ellos empezaron a llamarse, se unió a la idea de viajar el fin de semana a Jama, a sus comunas más alejadas, donde la ayuda llega, pero en menor cantidad.

Médicos, empresarios, publicistas, abogados, economistas, funcionarios públicos, en su mayoría ligados a una formación salesiana desde las aulas del Cristóbal Colón, empezaron a recibir más y más ayudas. Lo que se inició con una foto, se transformó en un camión de carga y seis camionetas con unas 8 toneladas de víveres, pañales, unas 8 mil botellas de agua, leche, jugos, ropa, kits de aseo, banano, sábanas…

Un terreno vacío, en un entorno de casas destruidas –en donde no existen paredes y las camas de un segundo piso se asoman apuntando al precipicio– es la zona para acampar.

Luis Alberto Chica Álava está allí, expectante. A él, su casa se le desmoronó, pero su esposa y sus tres hijos salieron ilesos.

“De día se ve gente, de noche esto es un desierto, la gente se va a dormir a los cerros”, cuenta. Pronto, cientos de personas se acercan a buscar ayuda.

La fila se alarga, se bifurca y luego se triplica, a los costados y en el cajón del camión de carga. Los voluntarios reparten, como pueden, la ayuda. Un niño se acerca en medio de la entrega de ropa, mira a los ojos de quien reparte y pregunta: “¿No tiene un juguete?”. No. El niño agacha la cabeza. Y se queda en espera de una camiseta. (I)

Cómo ayudar
Viajes a comunas

Nueva entrega
El grupo de voluntarios saldrá este sábado 30 de abril a Jama con nuevas donaciones. Los aportes se reciben en el km 5½ vía a Daule, centro comercial Los Robles, junto a Aprofe. Piden juguetes, agua, enlatados y ropa clasificada, en buen estado.

Números de contacto
Informes: Manuel Avilés (099-724-0654) y Ernesto Farra (098-092-3785).

Fuente:ElUniverso