Una semana ha pasado desde que el Palacio de Kensington emitiera una declaración oficial en la que informaba que la princesa de Gales había sido intervenida de una cirugía abdominal, operación que tuvo lugar días después de que soplara las velas de su 42º cumpleaños arropada por los suyos. Fue entonces cuando se supo que debería permanecer hospitalizada entre diez y catorce días, período tras el que continuará su convalecencia en su domicilio para su total recuperación hasta que retome sus funciones oficiales, algo que ocurrirá previsiblemente tras las festividades de la Semana Santa. Desde ese momento y hasta ahora, en la recta final para su salida de la clínica, su estancia ha estado marcada por el absoluto secretismo y el motivo va más allá de la protección de su privacidad.
Ausencia de frenesí mediático por el resto de pacientes
Además de la seguridad de Kate, la razón del total hermetismo que rodea su permanencia en el London Clinic, donde, a diferencia de otras ocasiones, los medios no se agolpan estos días, es por la protección del resto de pacientes ingresados en el centro hospitalario. «Esta es una situación diferente a la de los nacimientos de los niños reales y hay que considerar la privacidad de otros pacientes que entran y salen para recibir tratamiento, así como la de la princesa de Gales», explica Emily Nash, escritora y editora de realeza de Hello Magazine: «Cuando nacieron los bebés reales fue un momento de celebración y había un acuerdo controlado para que los medios estuvieran fuera del ala principal para informar sobre ello», agrega.
Esta ausencia de frenesí mediático, fotógrafos y periodistas, algo que envolvió especialmente la llegada al mundo del príncipe George en 2013, no sorprende, pues va en sintonía con el comunicado del Palacio de Kensington, texto en el que se pedía privacidad para la esposa del príncipe Guillermo: «La princesa de Gales aprecia el interés que generará esta declaración. Espera que el público comprenda su deseo de mantener la mayor normalidad posible de cara a sus hijos y su deseo de que su evolución médica permanezca privada. Por tanto, el Palacio de Kensington solo proporcionará actualizaciones sobre el progreso de su alteza real cuando haya una información importante», reza un fragmento de la notificación, en la que se transmitían las disculpas de Kate «a todos los afectados por el hecho de tener que posponer sus próximos compromisos», citas que espera poder atender «tan pronto como sea posible».
La recuperación de Kate, sin desvincularse de proyectos en los que está implicada
En la cuenta atrás para su salida del hospital, la princesa de Gales, que está en permanente contacto con sus hijos a través de videollamadas, prevé mantenerse en activo y trabajar en los proyectos en los que está implicada, tal y como han confirmado fuentes del Palacio de Kensington a The Telegraph, si bien se volcará de lleno en su recuperación. En concreto, retomará su vínculo con las organizaciones benéficas en las que tiene acciones en marcha, como es el caso de la campaña Shaping US, con la que mantiene una relación muy especial desde hace ya un año, pues se trata de una plan de sensibilización personal enfocado en la salud mental de los niños durante la primera infancia. Una iniciativa de gran valor para Kate, que busca a través de ella reequilibrar y restaurar las habilidades sociales y emocionales de la sociedad. Un reto en el que estará acompañada, además de su familia, de su asistente privada Natalie Burrows, que lleva un año trabajando mano a mano con ella.