Cargando
.

Lee la revista aquí

Los enemigos del gateo

gateo

Lo más importante para que tu hijo empiece a gatear es, siempre, dejarle en el suelo. Los accesorios como hamacas y andadores, en muchas ocasiones, no harán sino impedir que el niño se mueva con naturalidad.

Falta de espacio. Para que gatear sea estimulante, el niño ha de poder explorar lugares, no es nada interesante dar vueltas en el parque. Hay que buscar espacios amplios donde pueda perfeccionar el gateo, como por ejemplo un parque de césped. Porque si no se siente cómodo gateando, puede intentar pasar a lo siguiente, y saltarse etapas no reporta ningún beneficio.

La hamaquita. Sentado, el bebé se convierte en un espectador pasivo en lugar de ocupar el lugar de explorador que le confiere el estar tumbado. Es una cuestión emocional, pero también física.  Cada bebé nace con un determinado tono muscular, pero los músculos se desarrollan con el movimiento y el bebé sentado apenas se mueve, además, el sistema nervioso central y periférico dependen del movimiento para desarrollarse. Por lo tanto, Así, la hamaquita se debe usar en momentos puntuales.

Andadores. Las piernas no están listas para cargar el peso, ni la espalda, y el bebé adopta una postura antinatural (semisentado). Los andadores no aportan nada, incluso se han prohibido en países como Canadá por el número de accidentes que provocaban.

Sentarlo pronto. No deberíamos hacerlo –salvo en casos puntuales – hasta que él se siente solo, algo que ocurre hacia los ocho o nueve meses de vida. Cuando sentamos al bebé muy pronto, suele ser relativamente común que empiece a desplazarse sentado y no aprenda a gatear.

No hemos de perder de vista que los principales enemigos del gateo son nuestros miedos (a los resfriados, la suciedad, etc.) y la comodidad. Estas primicias chocan a menudo con la necesidad de movimiento de los más pequeños.

Fuente: serpadres.es