La armonía y el buen gusto en cierto modo suelen ir de la mano, por eso evita…
Cantidad de muebles. El mobiliario debe ser acorde al espacio que tienes. Selecciona los muebles que sean funcionales y realmente necesarios para ser parte del equilibrio que percibas cuando entres a tu dormitorio; ten en cuenta que es el sitio en donde descansas, te relajas o disfrutas de tu intimidad, por lo mismo siempre mantenlo en orden.
Accesorios innecesarios. Cuantos más objetos coloques en el dormitorio más difícil será de mantenerlos, tienes que limpiarlos a todos y además levantarlos cada vez que lo haces, con lo cual puede resultar incómodo y una pérdida de tiempo. Selecciona aquellos accesorios que creen un conjunto equilibrado y deshazte del resto. Para ello básate en los siguientes criterios: Las cosas que necesita, Las cosas que son importantes para ti y Las cosas imprescindibles.
Iluminación. Los espacios con escasa luz natural transmiten cierto rechazo, son propensos a la formación de humedad y a tener olor a encierro. Si no te es posible y tienes que recurrir a iluminación artificial, hazlo siempre teniendo en cuenta el uso de reguladores para menguar la intensidad, ya que nunca debe causarte molestias. Ayúdate colocando de forma estratégica espejos en donde la luz pueda rebotar.
Escoger mobiliario antes que la pintura. Decide de qué color o con qué materiales y tonos revestirás las paredes; luego podrás adecuar de forma óptima el resto de los accesorios, decoración y muebles. A la hora de elegir el color de las paredes del dormitorio, ten en cuenta si hay suficiente luz natural, así podrás utilizarlo a tu favor.
Fuente: hogartotal.imujer.com