Este tratamiento consiste en recubrir el cuerpo con una mezcla de barro y agua y dejarlo secar. Mientras la mezcla se encuentra húmeda es cuando realiza los efectos sobre la piel. Podemos acompañarlo de hierbas y masajes para, ya de paso, relajarnos y aumentar la circulación sanguínea.
El barro posee propiedades refrescantes, antiinflamatorias y cicatrizantes que hace que pueda utilizarse en diversas patologías, tanto estéticas como de salud. Su mayor característica es que absorbe toxinas y aporta una gran cantidad de minerales con rapidez y eficacia.
Aplicaciones
Externas: podemos utilizarlo para tratar pieles mixtas y grasas como una alternativa para curar el acné. Gracias a que tonifica e hidrata, es aconsejable para eliminar la celulitis y la flacidez. También, cicatriza heridas y quemaduras y disimula las marcas y manchas.
Internas: descongestiona y vitaliza los tejidos internos. Se utiliza como calmante para dolores corporales y elimina úlceras estomacales.
Fuente: Salud.facilisimo.com