Hay ciertas costumbres que podríamos erradicar definitivamente de nuestra rutina para mejorar la cantidad y la calidad del oxígeno que introducimos cada día en nuestro organismo.
Tabaco. El humo de tabaco es muy nocivo tanto para el fumador como para el no fumador. Provoca enfermedades como la sinusitis, asma y otras afecciones respiratorias, además del temido cáncer.
Grasas. Los alimentos con un alto contenido en grasa, contribuyen a padecer ataques de asma. La mantequilla, quesos grasos, carne roja, manteca de cerdo, y los dulces procesados, son los peores enemigos de las vías respiratorias y su efecto se incrementa cuando se toman medicamentos para el sistema respiratorio.
Limpieza del hogar. Los ácaros del polvo, el polen, el moho y la caspa de los animales son muy nocivos; por eso se recomienda una limpieza efectiva y regular de todos los elementos y superficies en general.
Ejercicio físico. Por lo general cuándo se padece de enfermedades respiratorias, la tendencia es no moverse demasiado y evitar la actividad física, sin embargo lo recomendable es hacerlo de forma frecuente para que entre aire renovado y puro los pulmones y el sistema esté bien oxigenado.
Beber poca agua. Si bebes de 6 a 8 vasos de agua al día, además de eliminar las toxinas del sistema respiratorio, podrás prevenir la acumulación de mucosidad en las vías respiratorias. Vale la pena aclarar que si consumes agua clorada o con flúor puede ser perjudicial, así es que intenta que sea filtrada de forma natural,.
Fuente: vivirsalud.imujer.com