La historia que determinó su vida comienza cuando tenía 19 años. Junto a su esposo fue a vivir a Indonesia, donde aprende danzas javanesas. Tuvo dos hijos –uno de ellos falleció a edad temprana– y se divorció luego de 5 años de casada.
Regresó a Europa y se dio a conocer como Mata Hari (Ojo del Alba), bailarina especializada en danzas exóticas. Decía que sus danzas narraban historias de la mitología hindú y leyendas populares de Java. Lo que contaba sobre sus orígenes cambiaba constantemente. No obstante, pronto fue frecuentada por hombres ricos, políticos y militares.
Durante la I Guerra Mundial, fue amante de Kraemer, jefe del espionaje alemán. Mediante sumas considerables, se convirtió en la agente H-21 y, más tarde, decidió volverse agente doble, al servicio del capitán Ladoux, del espionaje francés, quien la descubre y somete a juicio.
Era el 15 de octubre de 1917; Mata Hari no quiso que le venden los ojos y antes de morir lanzó un beso a los soldados. Su cuerpo sirvió de aprendizaje para estudiantes de medicina, pues era lo que ocurría con criminales y delincuentes.
“Amo a los militares. Los he amado siempre”.
Mata Hari (1876-1917).
Fuente: RevistaMariela. | n° de edición