El líder de una inmensa lucha contra el racismo pasó a mejor vida…
A los 95 años, murió Nelson Mandela, el llamado padre de la nueva Sudáfrica y el gran líder, protagonista de uno de los capítulos más trascendentales del siglo XX, al lograr derribar el muro de la segregación racial.
Madiba, como se le conoce en Sudáfrica, quizás el estadista más seguido del mundo, murió en Johannesburgo, en su Sudáfrica natal, tras pasar los últimos años de su vida alejado de la vida pública.
“Esta nación ha perdido un gran hijo”, dijo Jacob Zuma, actual mandatario sudafricano tras anunciar el fallecimiento del Premio Nobel de la Paz, tras meses de agonía por padecimientos de salud.
Tras estar preso por más de 27 años cumpliendo una condena que era perpetua, Nelson Mandela fue liberado, recibió el Premio Nobel de la Paz y fue electo democráticamente como presidente de su país. Antes de estar preso, había sido líder de Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA). En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. La mayoría de los más de 27 años que estuvo en la cárcel los pasó en la prisión isla de Robben Island.
Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela trabajó en conjunto con el entonces presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, liderando a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994, con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Por su trabajo en conjunto, tanto Nelson Mandela como Frederik Willem de Klerk recibieron el Premio Nobel de la Paz de 1993. Posteriormente Mandela ganó las elecciones y fue presidente de Sudáfrica desde 1994 hasta 1999. Su prioridad estuvo frecuentemente en la reconciliación nacional.
Paz en su tumba…
Fuente: la.eonline.com