Nicole Kidman acudió al Festival de Cine de Toronto a presentar su nueva película Boy Erased.
Sin embargo, lo que más llamó la atención de su paso por la alfombra roja fue su cara. La actriz, de 51 años, lució un rostro sin ninguna arruga, con los pómulos más pronunciados y con unos labios diferentes.
La actriz hace tiempo que admitió haber abusado del bótox, de lo que se había arrepentido. “Lo del bótox fue un error, fruto de la presión y del deseo de lucir mejor, algo que les pasa a muchas actrices en Hollywood. Puedo decir que no he vuelto a usarlo y que lo que ves ahora es fruto de una vida sana, de alejarme del humo del tabaco y de dormir todas las horas que puedo. Nada de cirugía”, explicó la intérprete de Moulin Rouge en una entrevista en 2014. Unos años antes, en 2011, después de negar lo innegable, Kidman reconocía por fin su adicción a estos retoques estéticos. La actriz confesaba entonces: “He utilizado bótox aunque no me ha gustado el resultado. Ya no lo uso y ahora puedo mover otra vez la frente». Pero todo indica que ha regresado al uso de retoques estéticos.
Pese a sus confesiones y a su negativa de estas prácticas, la actriz ha seguido sorprendiendo con algunas de sus apariciones. En 2015, Kidman volvió a acaparar todas las miradas en la entrega de premios Crystal + Lucy, en Los Ángeles, aunque esta vez, apuntaron los medios, debido a un desacierto con el maquillaje, como anteriormente le ocurrió a la musa de Tarantino, Uma Thurman.