¿Por qué no se generó un tsunami por el terremoto de Ecuador?
Minutos después del terremoto de 7,8 grados un leve y silencioso oleaje se originó en la costa del Ecuador. Las olas más altas alcanzaron los 40 cm de amplitud (desde el medio de la ola hasta el pico de la misma). Sin embargo, debido a la marea baja el agua del océano no alcanzó a inundar los puertos. Así lo cuenta el Teniente Carlos Perugachi del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar), quien explica que el tsunami se produce cuando existe una perturbación tal como un terremoto y esto genera el aumento del tamaño de las olas.
De hecho la palabra tsu-nami significa puerto- ola en japonés. Literalmente grandes olas en el puerto.
Para Luke Bowman, especialista en desastres naturales, Ecuador tuvo suerte al no haber sufrido el impacto de olas gigantescas. “Cada vez que hay un terremoto en una zona de subducción, como el que ocurrió el pasado sábado 16 de abril de 2016, se produce un tsunami inmediatamente”, dice Bowman.
En el terremoto del 31 de Enero de 1906 aunque la marea estuvo baja, un tsunami golpeó la costa de Ecuador y Colombia y cobró la vida de unas 1 500 personas. Los temblores que ocurrieron en 1933, 1958 y 1979 dieron paso a tsunamis que devastaron poblaciones enteras y ocasionaron mucho daño, según el historial del INOCAR.
Entonces ¿Por qué no hubo un tsunami más devastador en esta última ocasión?
La principal razón es que el epicentro del terremoto ocurrió en tierra firme y no en el suelo oceánico, explica Ares Rosakis, especialista en fracturas y geofísica. “Para que haya un tsunami el epicentro tiene que estar aguas afuera. Tiene que haber por encima del punto de origen del terremoto una columna de agua lo suficientemente grande como para que se produzca una ola que desencadene un tsunami de gran escala”, agrega José Andrade especialista en geomecánica de Yachay Tech.
Otra duda que surge tras el terremoto es por qué Guayaquil sufrió más daños que Quito, si la capital está más cerca del epicentro (ubicado entre Cojimies y Pedernales, según el Instituto Geofísico).
De hecho, si en Google Maps trazamos una línea recta entre Quito y el epicentro el resultado es 175,33 km de distancia. Entre Pedernales y Guayaquil el tramo es de 278,76 km.
Andrade explica que en el Puerto Principal se sintió más porque la tierra que cubre la parte occidental del Ecuador es como una especie de gelatina que permite que las ondas sísmicas se propagaran más rápido. En tanto, los Andes rocosos actúan como una fortaleza que protegió a Quito de la vibración del terremoto.
Fuente:elcomercio.com