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Nutrición en la menopausia

Nutrición en la menopausia

¿Qué hay de verdad en la creencia según la cual consumir café, lácteos o suplementos de calcio queda proscrita en la dieta de una mujer en la menopausia?

Se calcula que la menopausia ocurre, en promedio, a los 48 años de edad.

El dato resulta especialmente relevante, ya que de los más de 30 millones de habitantes de Venezuela, 15 millones son mujeres y de esa mitad que conforma la población femenina, más de tres millones tienen 50 años de edad o más.

Si a esto se suma que la esperanza de vida de la mujer del país es de casi 79 años de edad, con tendencia a ser superior en las próximas décadas, la estimación entonces es que, al menos, un tercio de la vida femenina transcurre en condición de menopausia.

Por eso, para el médico cirujano Gustavo García Villalobos, especialista en nutrología, del Instituto Nacional de Nutrición, la menopausia no puede asociarse de ningún modo con el final de la vida sino con una etapa de nuevos desafíos.

Eso sí, como cierre del ciclo de la vida reproductiva, este período implica cambios en el comportamiento de un organismo que reclama atenciones especiales para la continuidad óptima en su funcionamiento.

Definida por García, la menopausia representa el cese permanente de la menstruación como consecuencia directa de la privación de las hormonas femeninas llamadas estrógenos. Su diagnóstico definitivo puede darse con certeza luego de un año de haberse producido el último sangrado.

El experto sostiene que, una vez oficializada la condición de menopausia, las mujeres pueden quedar expuestas al padecimiento de enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis, osteoartritis, enfermedades cardiovasculares y aumento en la incidencia de algún tipo de cáncer.

Como se sabe, en esta etapa existe per se un aumento de peso esperado, con cambios en la composición corporal y su distribución hacia una ubicación más central de la grasa, dando como resultado todas las complicaciones inherentes a la obesidad.

De modo que para mantener una calidad de vida debe asumirse un régimen alimentario que está lleno de realidades y, también, lamentablemente, de mitos.

En sintonía con las imprecisiones en torno a las demandas nutricionales en la menopausia, García explica: «Los lácteos deben seguir siendo parte de la mesa» y aconseja desatender versiones que apuntan hacia no ingerir leche descremada.

El nutrólogo advierte que el calcio en suplementos se eleva en sangre mucho más rápido que el calcio de la dieta y que, por eso, es proclive a producir mayores riesgos cardiovasculares.

Para el especialista, no debe limitarse el consumo de ningún producto, salvo controlarse algunos de acuerdo con el perfil de cada paciente. Por ejemplo, la leche, el yogur y los derivados lácteos son alimentos nutritivos. Y, de hecho, según su versión, representan la fuente de calcio más importante en la vida adulta. Entre otros beneficios, aunque aportan vitamina D y magnesio en menor cantidad, son significativos en la salud ósea. Además la vitamina D incidiría, según se ha demostrado, en la disminución de la sequedad vaginal, este último es un rasgo propio de la menopausia.

Gustavo García sostiene que un vaso de leche o yogur al día aporta un tercio del requerimiento diario de calcio, cuyo total se ubica en 1.300 miligramos para esta etapa de la vida.

¿Tomar suplementos de calcio?
El experto opina que en la etapa de menopausia, las mujeres deben consumir calcio, aunque esta es una verdad que se aplica a cualquier momento de la vida humana.

«La recomendación de consumo equivale a una ración de leche al día y, preferiblemente, yogur, porque la fermentación de la leche aporta otros beneficios como probióticos y prebióticos, que redundan en la fisiología del intestino».

El yogur, según explica García, tiene parcialmente hidrolizada la lactosa y su consumo resulta ideal para aquellas mujeres que tienen intolerancia a esta. «Si la situación del mercado impide adquirir productos como leche y yogur puede apelarse al consumo de fórmulas de soya u otras sin lactosa».

En el camino de incertidumbres que a veces resulta la menopausia se cree que el consumo de píldoras de calcio es una regla a seguir. Otros, sin embargo, aseguran que una dieta rica en calcio resulta suficiente.

En torno al dilema, el especialista aclara que la tendencia recomendada es la dieta de calcio. «Los suplementos están altamente cuestionados porque han demostrado un aumento de riesgo cardiovascular».

Para este médico, ninguna mujer o profesional de la salud debe asumir una suplementación sistemática de calcio solo porque se ha entrado al período de menopausia.

Los especialistas deben evaluar si se trata de un paciente de riesgos (que tenga osteoporosis, por ejemplo) o si realmente es una mujer que presenta niveles bajos de consumo de calcio. «Lo ideal es garantizar el consumo de calcio desde el punto de vista alimentario», remarca.

La conclusión del experto es que las dietas en la menopausia deben incluir los lácteos. «Son importantes en todas las etapas de la vida, desde que nacemos hasta que morimos, así que excluir su consumo es un mito que debe erradicarse».

Explica que en los primeros años de vida constituye una fuente importante de proteínas y en la etapa adulta es la más valiosa que se tiene. «En la adolescencia el cuerpo lo absorbe con mayor urgencia para calcificar todo el esqueleto y obtener un buen pico de masa ósea hasta alrededor de los 35 años».

En ese sentido, el consumo de quesos bajos en grasas también es beneficioso. «Debe hacerse porque, además de aportar calcio, representa una buena fuente de proteínas y de grasas bajas», dice García, para quien la versión de que los lácteos no son adecuados se produce no desde el consultorio de un médico sino desde escenarios contemporáneos como los gimnasios.

¿Hay que excluir el café?
No pocas personas aseguran, movidas por el convencimiento no científico, que la ingesta de café reduce el calcio en el organismo. Sin embargo, precisa García, el café negro tomado con edulcorante, no con azúcar, puede actuar como antioxidante. De hecho, el nutrólogo admite hasta cuatro tazas al día como medida prudente. Incluso, su consumo se relaciona de manera positiva con la resistencia a la insulina.

Eso sí, es prudente evitar el consumo de café y otras sustancias secuestradoras del calcio, como chocolate, proteínas o té mientras se ingieren lácteos o suplementos de calcio, ya que disminuyen la absorción. Vale precisar que el café contiene fitato y oxalato, que son inhibidores de este mineral. «El calcio es preferible tomarlo durante la noche, sea indicado en forma de suplemento o a través de leche o yogur, porque la hormona reguladora de este mineral tiene su pico de acción en este horario».

¿Nada de frutas?
«Las frutas no tienen restricción absoluta en ninguna etapa de la vida, al menos que su consumo genere alergias a la persona», afirma el nutrólogo Gustavo García Villalobos, quien hace mención aparte a las mujeres en menopausia que padecen diabetes.

Para este segmento de mujeres, los almidones -depositados en alimentos como la yuca o el casabe- deben ser controlados porque contienen índices glicémicos elevados, igual que frutas como melón, dátiles, patilla, mango y uvas.

El cambur, que por años se tuvo como un enemigo de las mujeres con diabetes, se ha clasificado entre las frutas con un índice glicémico medio, por lo cual resulta inofensivo (sin excesos). Aclara el médico que en materia de dieta en la menopausia nada queda proscrito, aunque algunos alimentos deben ser consumidos bajo la sugerencia de un especialista «Si la mujer en menopausia no tiene contraindicación, puede comer cualquier fruta que desee y a cualquier hora del día».

Cada mujer es una historia individual y así deben ser los tratamientos. Lo que funciona bien para una no tiene que resultar válido para otra.

En cuadros de menopausia con obesidad, además de diabetes, los expertos en salud suprimen regularmente el consumo de productos como bebidas pasteurizadas, refrescos, frituras y snacks.

Reitera que en la menopausia las mujeres deben garantizarse el consumo de lácteos, frutas, fibras y vegetales de manera adecuada. También recomienda asumir una dieta equilibrada y variada que asegure todos los micronutrientes posibles, moderar el consumo de sal y disminuir hábitos tóxicos como el cigarrillo.

Fuente:Estampa