Para una fiesta, trabajo, escuela o, simplemente, para la vida cotidiana, el maquillaje tiene como objetivo dar color al rostro y ocultar imperfecciones que existen en el cutis; ejemplo, variaciones en la pigmentación, acné y cicatrices.
1. Base. Ésta siempre debe ser del mismo color de la piel, ni más clara ni más oscura. Oculta casi el 75% de las imperfecciones y se debe aplicar con un pincel, que te permitirá un efecto natural además de distribuir más uniformemente la base.
2. Corrector. Es preferible aplicarlo con pincel. Éste se coloca en la zona de ojeras y un poco arriba de los párpados; también se puede emplear en zonas de sombras como puede ser debajo del labio inferior o a los costados de la nariz.
3. Polvo. Antes de aplicarlo, con una servilleta o papel quita el exceso. Esto ayudará a que no haya brillo indeseado. Posteriormente coloca el polvo (debe ser similar al de la tonalidad de la piel) sobre frente, mejilla, nariz y mentón.
4. Delineador. Independiente del tipo de delineador, líquido o de lápiz, comienza pintando desde la parte interior del párpado, estirando para que corra bien. Siempre pintar desde el comienzo de las pestañas.
5. Máscara de pestañas. Elegir una que sea a prueba de agua y que dé el efecto que deseas: natural, volumen y largo. Lo más importante es pintar las pestañas desde el comienzo de ellas, dar una pasada y esperar a que se seque, para después dar otra capa.
6. Labios. Existe una infinidad de colores, pero lo importante es pintar de forma que la boca se vea más atractiva, debe lucir siempre natural.
El maquillaje es un elemento que ayuda a mejorar la apariencia; sin embargo, no es lo único que hace que una mujer sea atractiva, su personalidad suele ser lo más importante.
Fuente: bienestar.salud180.com